La Argentina parece haberse detenido en la nada misma. El "dólar soja", la "resolución" del conflicto con el sector neumáticos y una aparente calma cambiaria nos han traído hasta estos días donde nada relevante parece haber ocurrido en el plano económico.
Los problemas siguen estando allí, pero a nadie parece importarle. Incluso casi desapercibido pasó la aprobación de la segunda revisión de metas que ha hecho el FMI en las últimas horas.
Todo parece calmo en un contexto donde nadie sabe bien qué es lo que viene hacia adelante.
El conflicto en la interna desatada en la oposición y la tragedia en el estadio de Gimnasia y Esgrima (La Plata) parecen también haber colaborado en olvidarnos por unos días de la economía donde incluso un Ministerio se ha quedado sin su máximo representante: renunció la ministra de las mujeres. Todo un símbolo del despilfarro de gasto público.
En medio de esta "pausa" en la que estamos inmersos en cuestiones económicas, el Gobierno (también de manera exageradamente intrascendente) ha relanzado el esquema de "Precios Cuidados".
Otra muestra del fracaso de la política argentina. Este esquema nació en enero de 2014 (donde el año previo nos había dejado una inflación anual del 20%).
Desde allí hasta estos tiempos la inflación interanual se ha multiplicado prácticamente por cinco y llevamos una inflación acumulada desde el nacimiento del programa de control de precios de 2.021%. Claramente no ha funcionado, pero la política sigue insistiendo.
Hasta hace unos días los productos incluidos eran algo así como 1.042: hoy el listado se ha enflaquecido y apenas cuenta con 452 productos que por supuesto sufrirán ajustes mensuales en sus precios de venta.
El piloto automático que se percibe por parte del equipo económico tiene un nivel de riesgo demasiado alto.
La emisión monetaria se ha acelerado en las últimas semanas (como contracara del "exitoso" plan del dólar diferencial para el complejo sojero) y el nivel inflacionario parece no tener techo.
Los conflictos sindicales están latentes ante la amenaza de los camioneros que parecen no querer ser menos que sus colegas del sector neumáticos y la política no parece encontrar su rumbo en una Argentina que no parece funcionar.
El país vive una crisis de indudable severidad. Aun así, un sector de la sociedad parece no lograr percibirlo. Por desgracia una parte de ellos son quienes nos gobiernan y pretenden ganar tiempo mientras que la Argentina está pidiendo a gritos atención.
Por Manuel Adorni (Economista)
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