Opinión
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La inflación también de la polarización

Cuando mayor es la crisis económica, más endurecen sus discursos todos los actores políticos, lo que agrava la situación y hace más difícil superarla. Las propuestas moderadas, la búsqueda de acuerdos y orientarse hacia el centro delespectro ideológico, pierden atractivo. Las elevadas tasas de inflación, además de deteriorar el tejido social, pueden conducir a una mayor polarización política.

Figuras sin mucho peso institucional, como Juan Grabois, hacen discursos irresponsables, pero que en parte reflejan un clima de época y alertan sobre posibles saqueos, lo que apela a uno de los momentos más dramáticos de la historia reciente. Muchos dirigentes políticos pertenecientes al sector “halcón” de JxC, sostienen, en off, que Alberto Fernández, en este contexto, no llega al final de su mandato y que deberían adelantarse las elecciones. Cuando se encienden las luces de las cámaras, moderan su discurso.

La crisis impacta en todos. El kirchnerismo duro es crítico del Gobierno que encumbró por haber acordado con el FMI, por no querer subir las retenciones y por no establecer más controles sobre los precios y el mercado cambiario. Tienden a radicalizar su discurso complicando aún más la situación y critican al Gobierno por izquierda, por su falta de decisión para ir a fondo con medidas para favorecer a los sectores populares que los votan. Así lo dejó en claro Cristina Kirchner en su recordada carta luego de la dura derrota que sufrió el Frente de Todos en las primarias de 2021. El manejo de la economía oficializó la fracturó al oficialismo que votó dividido en el Congreso el acuerdo con el FMI.

Del otro lado, los problemas económicos fortalecen el discurso de los halcones del PRO que consideran que si llegan al Gobierno ya no habrá espacio para el gradualismo como el que intentaron en 2015 y que hay que hacer reformas drásticas de inmediato, y que ante una crisis profunda, una parte de la sociedad estará dispuesta a acompañar.

El riesgo de una mayor polarización política es otra de las consecuencias negativas de la elevada inflación, además de su impacto los ingresos de la población.