Opinión
ANÁLISIS DE ACTUALIDAD

Las propias dudas del Gobierno son lo que tensiona los mercados

La “corrida” que llevó el dólar blue al récord de $317 es motorizada, en parte, por una sensación de fallas en el propio Gobierno, que impacta en el mercado. Y mucho tiene que ver el propio Ejecutivo que, nuevamente, sufrió un daño autoinfligido al asegurar que se adoptarán medidas, que podrían incluir un desdoblamiento cambiario para los turistas extranjeros, en los próximos días -no ya-, distorsionando durante la víspera la plaza cambiaria y alimentando las expectativas del encarecimiento de la divisa.

Todo surgió durante la conferencia de prensa post reunión de gabinete, celebrada justo en la apertura de los mercados, cuando la portavoz presidencial, Gabriela Cerrutti, anticipó que se “van a analizar diferentes medidas”, pero luego comunicó, con imprecisión, que será la ministra Silvina Batakis (Economía) quien las anunciará “a fin de esta semana o la que viene”.

Previamente, el ministro Matías Lammens (Turismo) había deslizado que una de las iniciativas estudiadas era el encarecimiento del dólar para extranjeros, a valores cercanos al MEP o al contado con liqui -los operados en la Bolsa-, para incentivar el cambio de divisas en canales formales que tengan como último destino las reservas del Banco Central.

Las declaraciones no hicieron más que alimentar las expectativas de un encarecimiento de la divisa y así subieron con furia las distintas cotizaciones de la moneda norteamericana.

Aunque sólo el presidente Alberto Fernández se refirió tangencialmente al tema en un acto de entrega de viviendas en Avellaneda -”tengo que luchar contra los que especulan”-, la escalada de la tensión cambiaria generó mucha preocupación en el Gobierno. Y también resignación hacia los traspiés comunicacionales. “Los periodistas no le tienen que hacer más preguntas”, ironizó un funcionario de Jefatura de Gabinete, tratando de encontrar un costado humorístico al nuevo gaffe de la vocera.

Luego funcionarios del ala kirchnerista del FdT, preocupados por el devenir de la crisis económica, comenzaron a plantear la necesidad de abrir el diálogo político con la oposición.

En una jornada en la que el dirigente oficialista Juan Grabois encabezó una protesta y elevó una severa advertencia al Presidente -”esto no da para más”-, ya no se escuchan más pedidos para institucionalizar el Frente de Todos sino demandas por un gesto de grandeza de Juntos por el Cambio que ayude a calmar las expectativas de los inversores y operadores financieros.

Más allá de la falta de credibilidad en el propio Gobierno, el mercado tampoco ha logrado ser seducido aún por el anunciado plan de austeridad de Batakis. En Casa Rosada todavía no logran robustecer la figura de la ministra que reemplazó a Martín Guzmán. Sólo se pudo reunir con nueve mandatarios provinciales aliados. Pero la búsqueda de apoyo político sigue; ayer mantuvo un breve encuentro –de poco menos de una hora- con intendentes del Conurbano, funcionarios de la Provincia y diputados del FdT.

Estuvo el jefe de gabinete provincial, Martín Insaurralde, y en Economía lo atribuyeron al supuesto respaldo de la Provincia a la gestión de Hacienda. Pero los asistentes le manifestaron la preocupación por el aumento de los precios de la canasta básica y la necesidad de garantizar la provisión en góndolas. También participo el diputado Marcelo Casaretto, de la comisión de Industria, que aunque destacó la “capacidad “ de la ministra reconoció que no se habló de ningún tema legislativo.

Entre los jefes comunales presentes estuvieron Andrés Watson (Florencio Varela), Fernando Espinoza (La Matanza), Alberto Descalzo (Ituzaingó), Federico Achával (Pilar), Gastón Granados (Ezeiza), Fernando Moreira (San Martín), Nicolás Mantegazza (San Vicente) y Marisa Fassi (Cañuelas). Había preocupación por la continuidad de las obras públicas en sus distritos pero también por el riesgo que la crisis cambiaria y la debacle económica agudicen los problemas de gobernabilidad del oficialismo.

Si bien hacia el “afuera” hubo un apoyo a la labor de la funcionaria, en privado se percibió cierto pesimismo. “Esto no lo arregla nadie porque ni Alberto ni Cristina quieren que cambie. Estamos esperando algo mucho peor. Algo tendrá que pasar para bajar esta incertidumbre”, explicó un intendente consultado que dio cuenta de la preocupación por la “institucionalidad” que persisten dentro de la variopinta coalición oficialista.

Luego funcionarios del ala kirchnerista del FdT, preocupados por el devenir de la crisis económica, comenzaron a plantear la necesidad de abrir el diálogo político con la oposición.