Los panaderos de distintos puntos de la provincia de Buenos Aires convergieron en pleno centro de Merlo en un Panazo, donde regalaron 4.000 kilos de pan en apenas una hora, en el marco del Día Internacional del Pan, una fecha no tanto conmemorativa sino por el cierre de 14.000 panaderías en todo el país en los últimos 18 meses. Solo en la provincia de Buenos Aires desaparecieron 710 panaderías.
La demanda sectorial se expresó, según los organizadores del evento, en cada factura vendida con descuento, en cada bolsa entregada durante el Panazo, en cada horno apagado por falta de recursos.
La Cámara de Industriales Panaderos (CIPAN) y sus centros asociados salieron a la calle para denunciar una situación que describen como “casi terminal”, producto de las políticas de ajuste del Gobierno nacional de Javier Milei.
Según la entidad, ya bajaron sus persianas más de 14.000 panaderías en todo el país, lo que representa entre 10 mil y 15 mil empleos perdidos, consecuencia de que el consumo de pan cayó un 55 por ciento en los últimos dos años, y el de pastelería un 80 por ciento.
“Son panaderías de barrio manejadas por familia, de cinco o seis empleados, pero también cayeron algunas grandes, con generaciones de historia en zonas céntricas”, dijo el presidente del Centro de Industriales Panaderos de Merlo y miembro de la entidad, Martín Pinto.
Además del impacto del recorte del poder adquisitivo, en el aumento de los costos de producción fueron determinantes la luz y el gas (hasta 3.000 por ciento); el precio dolarizado de la harina y el fin de la ley de alquileres, que derivó en ajustes mensuales para los que no tienen local propio. “De cada diez argentinos, seis no pueden comer pan”, repitió Pinto al finalizar la movilización. Aseguró que la situación actual es más grave que en otras crisis históricas. “Ni en la pandemia, ni en 2001 cerraron tantas panaderías como ahora”, remarcó.
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