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A 40 años del juicio a la Junta Militar, Gil Lavedra recuerda: "Durante mucho tiempo seguí soñando a la noche con algunos de los testimonios"
ENTREVISTA EXCLUSIVA

A 40 años del juicio a la Junta Militar, Gil Lavedra recuerda: "Durante mucho tiempo seguí soñando a la noche con algunos de los testimonios"

En diálogo con DiarioNucleo.com, el magistrado que formó parte del tribunal que condenó a Videla y Massera a reclusión perpetua, habló sobre cómo se vivió el proceso judicial más importante de la historia del país y cuestionó el posterior indulto de Menem. "Creo que todo eso fue innecesario", expresó.

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El 18 de septiembre del año 1985, el Fiscal Federal Dr. Julio César Strassera tomó la palabra en la audiencia de alegatos del juicio a la Junta Militar de la última dictadura militar y, dirigiéndose hacia el tribunal, expresó.

"Ahora que el pueblo argentino ha recuperado el gobierno y el control de las instituciones, yo asumo la responsabilidad de declarar en su nombre que el sadismo no es una ideología política ni una estrategia bélica sino una perversión moral. A partir de este juicio y esta condena, el pueblo argentino recuperará su autoestima y su fe en los valores en base a los cuales se constituyó la Nación y su imagen internacional severamente dañada por los crímenes de la represión ilegal. Finalmente, este juicio y esta condena, son importantes y necesarios para las víctimas que reclaman y los sobrevivientes que merecen esta reparación. No se trata de revivir viejos slogans, como aquel de que "la sangre derramada no será negociada" que sirvió para justificar tantas atrocidades. No se trata ahora de negociar nada porque nada se está negociando, se trata simplemente de que a partir del respeto por la vida y el sufrimiento de cualquier ser humano restauremos entre nosotros el culto de la vida".

Y sentenció al final de su exposición: "Señores jueces, quiero renunciar expresamente a toda pretensión de originalidad para cerrar esta requisitoria. Quiero utilizar una frase que no me pertenece porque pertenece ya a todo el pueblo argentino. Señores jueces: nunca más".

Tiempo después de la contundente intervención de Strassera, el tribunal dictó la sentencia el 9 de diciembre y condenó a la pena de reclusión perpetua a Jorge Rafael Videla y a Emilio Eduardo Massera. Por su parte, Roberto Eduardo Viola recibió 17 años de prisión, Armando Lambruschini 8 años de prisión, y Orlando Ramón Agosti a 4 años y 6 meses de prisión; todos con destitución. Mientras que Graffigna, Galtieri, Lami Dozo y Anaya fueron absueltos. 

Los magistrados Ricardo Gil Lavedra, Jorge Torlasco, Andrés D’Alessio, Jorge Valerga Aráoz, Guillermo Ledesma y León Arslanián, presidente del tribunal, consideraron que las juntas militares habían elaborado un sistema represivo ilegal, que incluyó la comisión de "gran número de delitos de privación ilegal de la libertad, a la aplicación de tormentos y a homicidios", garantizando su impunidad.

A 40 años de este proceso legal histórico que fundó los cimientos de la vida democrática argentina, el Dr. Gil Lavedra dialogó en exclusiva con DiarioNucleo.com y contó cómo se vivieron las audiencias y destacó el rol del expresidente Alfonsín, de Strassera, de la Conadep, y también criticó el indulto otorgado por Carlos Menem.

-  ¿Cómo recordás aquellos días durante los cuales transcurrió el juicio a la junta militar?

- Fueron días muy intensos y de un trabajo febril. Fue muy compleja la organización y la realización del juicio, sobre todo porque se carecía de toda experiencia de cómo llevar adelante un juicio de características monumentales, tanto por su tamaño físico como también la ausencia de reglas procesales que regularan un proceso de esas características. Así que las jornadas de trabajo eran largas e intensas.

- ¿Cuál era el clima social que imperaba en aquel momento?

-  En los primeros tiempos de la democracia, gran parte de la sociedad creía genuinamente que los militares no habían hecho nada, que al contrario, que habían liberado a la sociedad del terrorismo. También creían en lo que decían los militares acerca de que algunos, lo que ellos llamaban excesos, que se habían cometido y se habían castigado, etc. Yo creo que el informe de la CONADEP y la propia realización del juicio permitió correr el telón para que se comenzara a saber la verdad de las atrocidades que se habían cometido. Esto significa que el clima social imperante estaba dividido entre organizaciones de derechos humanos, la juventud de los partidos políticos que reclamaban que se hiciera Justicia y que se esclarecieran los hechos, y por el sector más afín al gobierno militar que obviamente lo resistía. Es decir que en aquel momento había cierta segmentación dentro de la sociedad.

- Dado que tenían la inmensa responsabilidad de juzgar a los militares, ¿recibieron presiones durante el transcurso del juicio?

- A nivel personal, no. Pero sí, las presiones públicas que decían que se trataba de un juicio político, que se estaba enjuiciando a las Fuerzas Armadas, que esto requería que había sido una guerra y que como toda guerra, sus hechos no pueden ser llevados a la justicia, que era necesaria una solución política. Pero no solamente por parte de los adeptos a los militares, sino que también de los empresarios y la propia Iglesia que quería reclamar una reconciliación nacional. También hubo presiones de muchos de los medios de comunicación de la época.

"El mismo día que se iniciaba la apertura a la audiencia, uno de los diarios más importantes publicó un editorial diciendo que estaba muy bien que traten de esclarecerse los hechos pero que era necesaria la pacificación de los argentinos, como que tomaban que juzgarlos iba a ser mal para el clima social y no iba a favorecer con la pacificación. Interpretaban que en realidad enjuiciar era dividir más, era buscar cosas que desunían a los argentinos y que había que pensar para adelante y no mirar para atrás en el pasado"

- Supongo que tanto para vos como para el resto de los jueces que conformaron el tribunal escuchar durante audiencias maratónicas testimonios tan desgarradores debió ser muy difícil...

-  Debo confesar que durante mucho tiempo seguí soñando a la noche con alguno de esos testimonios porque muchos de ellos fueron contados no solo por las familiares de las víctimas, sino de muchos que recibieron el maltrato sádico en primera persona por parte de los militares y  de todos quienes estaban a su cargo. Los testigos del cautiverio, la gente que había sido detenida y padeció todas estas atrocidades dentro de los centros clandestinos de detención...en fin.

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- A la hora de llegar al fallo, ¿estuvo muy dividido entre ustedes o fue de alguna forma casi un unánime?

- La elaboración de la sentencia fue una tarea colectiva porque incluso en muchas de las partes nos dividimos la tarea para redactar los borradores de cada una de esas partes. Fue como un gran rompecabezas que se iba armando. Por supuesto que a último momento también tuvimos discusiones respecto a algunos puntos sobre si correspondía o no la sanción que traía el Código de Justicia Militar de degradación. El voto de las penas también fue objeto de deliberaciones.

- ¿Qué opinión te merece el trabajo que llevaron adelante Strassera, Moreno Ocampo y su equipo?

- Sinceramente, la fiscalía tuvo un gran desempeño. Creo que se conformó un gran equipo en el que colaboró mucho también Luis Moreno Campos, que coordinaba la tarea de todo ese grupo de jóvenes que trabajó con el fiscal. Y Julio tuvo una revelación en la audiencia, porque siendo un funcionario judicial tradicional hasta ese momento, en la audiencia se transformó. Él se enfrentó solo a más de 15 defensores y sinceramente tuvo un gran desempeño, un extraordinario desempeño.

"El juicio fue una sucesión de acontecimientos afortunados. No solamente lo de Strassera sino que también está la figura de Alfonsín, sin él no había juicio. También fue fundamental la intervención que tuvo el Congreso, que posibilitó nuestro abocamiento, la creación de la CONADEP y su informe que fue extraordinario. Y luego la organización del juicio que también creo que fue increíble. Cuando miro para atrás me pregunto cómo hicimos para realizar todo eso en 14 meses"

- Mencionaste a Alfonsín y me gustaría detenerme un momento aquí. Cuando se estrenó la película "Argentina: 1985", que precisamente habla del juicio a la Junta Militar, se creó una polémica por la poca trascendencia que se le dio ¿Cómo valoras el desempeño que tuvo el expresidente?

-  Tuvo una intuición y una audacia extraordinaria en decidir el enjuiciamiento. Por eso dije que sin Alfonsín no hay nada porque lo normal en Argentina hubiera sido que no hubiera habido juicio, esto es el acontecer según el curso natural y ordinario de las cosas. Lo de la película no tiene nada que ver porque es una ficción comercial en la cual eligieron, tenían que elegir un punto de vista, y en este caso eligieron a la fiscalía y relatan el juicio bajo ese punto de vista. Sin dudas, Alfonsín aparece  disminuido en la película, pero eso es propio de una ficción que no es un relato histórico.

- ¿Cómo recibiste la noticia de los indultos de Menem?

- Mal. Hay que tener en cuenta que Menem no solamente indultó los juicios que estaban abiertos en ese momento, que eran a los oficiales superiores, sino también indultó a los propios ex comandantes y a los líderes de las organizaciones terroristas que en ese momento estaban también en prisión.

"Creo que todo eso fue innecesario. Los primeros días quedé de cama porque pensaba en todo el esfuerzo y  sacrificio que habíamos hecho. El  indulto no borró el delito y tampoco la condena porque no tiene los efectos generales que tienen la amnistía"

- ¿Consideras que fue una jugada política?

- Sí, fue un acto político. Creo que Menem en ese momento, ante la experiencia de Alfonsín que había tenido tres alzamientos militares, decidió darles el indulto tratando de que no hubiera más movimientos en su contra.

- A ustedes les tocó juzgar los actos de violencia del Estado y en la actualidad se habla mucho de un escenario de violencia política. ¿Cuál es tu mirada acerca de esta situación?

- La democracia, en sus orígenes, no cabe ninguna duda de que se conformó en base a un determinado consenso colectivo, eso es lo que se denomina el consenso del "Nunca más". Y ese nunca más es a la violencia también como forma de hacer política y considero que, con algunas abolladuras, ese consenso todavía subsiste.

"El peligro de esta erosión que tiene la democracia son las incitaciones que se hacen a través del uso de la palabra o aquellas que crean un clima que puede ser propicio a manifestaciones de la violencia. Cuando desde lo más alto del poder se tiene un discurso agresivo, intemperante y hostil hacia determinados sectores, se pueden crear condiciones que favorezcan el retorno a la violencia política"

- A 40 años de aquel juicio histórico, ¿qué significado tuvo para vos en la historia de nuestro país?

- Considero que permitió que la recuperación democrática se hiciera sobre la base del imperio de la ley, del principio de no impunidad. En ese sentido, yo creo que enlazó a la democracia con el respeto a los derechos humanos y con el Estado de Derecho.

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