noscript
Aumento del combustible: ya se paga más caro que en otros países vecinos
COMPARACIÓN LA REGIÓN

Aumento del combustible: ya se paga más caro que en otros países vecinos

En promedio, el precio de la nafta en Argentina solo es superada por Uruguay. El gasoil, al tope. El impacto de los impuestos es clave.

Compartir

Con los últimos aumentos, un dilema de los automovilistas argentinos: ¿por qué la nafta o el gasoil (diésel) son más caros aquí que en la mayoría de los países vecinos de la región? La respuesta no es simple, pero expertos y economistas revelan una compleja trama de factores que inflan los precios en los surtidores locales. 

Uno de los pilares fundamentales del alto costo del combustible en Argentina es la elevada carga impositiva. Se estima que cerca del 35% del precio final que paga el consumidor corresponde a impuestos. Esto incluye gravámenes nacionales como el Impuesto sobre los Combustibles Líquidos (ICL) y el Impuesto al Dióxido de Carbono (IDC), sumados al Impuesto al Valor Agregado (IVA) y los Ingresos Brutos provinciales. A esto, en algunas ciudades -por ejemplo, en la Provincia-, se añaden tasas municipales que incrementan aún más el costo. 

Costos y el tipo de cambio 

Aunque Argentina es un productor de petróleo con el impulso de Vaca Muerta, los costos de extracción y refinación están mayormente dolarizados. Esto significa que cada devaluación del peso argentino frente al dólar impacta directamente en el precio del barril de crudo para las refinerías y, por ende, en el costo final del combustible. “Si los costos de producción y refinación se manejan en una moneda fuerte, pero la venta es en una moneda que se deprecia, el precio en pesos debe ajustarse para compensar”, explica un analista del sector energético. 

Además del precio del crudo, las refinerías enfrentan sus propios costos operativos, que incluyen energía, salarios y mantenimiento de una infraestructura compleja. A esto se suma la obligación legal de cortar el gasoil con biodiésel y las naftas con bioetanol. Los aumentos en el precio de estos biocombustibles se trasladan indefectiblemente al surtidor, contribuyendo al encarecimiento general. 

La vasta geografía argentina también juega un rol. Distribuir el combustible desde las refinerías hasta cada rincón del país implica costos logísticos considerables, que se ven reflejados en el precio final, siendo más notorios en el interior que en las grandes urbes cercanas a las plantas de producción.

Diferencias en el surtidor 

De todos modos, esos costos operativos también impactan en los países vecinos de la región y, sin embargo, los precios son más bajos. Por ejemplo, Paraguay, que no es productor de petróleo, ha mostrado movimientos recientes en sus precios, incluso con algunas bajas. El litro de nafta (en sus variedades como la 93 octanos) se encuentra aproximadamente en US$0,80 por litro. Para el diésel, el precio ronda los US$0,87 por litro, lo que lo posiciona como uno de los países con combustible más accesible en la región sudamericana. 

En Argentina, las naftas cuestan -hasta el último aumento- un promedio de 1,15 dólar por litro. El gasoil es uno de los más caro de la región: US$1,19. 

Brasil, como un importante productor de petróleo en la región, suele tener precios competitivos, aunque con variaciones regionales. A la fecha, el precio promedio de la nafta se ubica alrededor de US$1,13 por litro. El diésel, por su parte, ronda los US$1,08. 

Uruguay sí se destaca por tener algunos de los precios de combustible más altos de la región, una situación que se mantiene históricamente debido a su política energética y la ausencia de producción propia de petróleo. El litro de nafta Súper 95 se sitúa en torno a los US$1,95 por litro, siendo uno de los más caros del continente. Pero el gasoil está más barato que en Argentina: US$1,16 por litro. 

“Aún teniendo Vaca Muerta, acá se paga más que en países sin petróleo, como Brasil”, aseguró el representante del Sindicato de Trabajadores Petroleros de Córdoba, Guillermo Borelli, al cuestionar la política de precios y la estructura impositiva que encarece los combustibles en el país. 

Según explicó, la razón principal es la carga impositiva “que nunca sabemos bien a dónde va”. También hizo referencia a la caída en las ventas de combustibles, que según estimaciones del sector oscila entre el 7 y el 10%. “La gente ya no puede llenar el tanque. Se escucha mucho el ´cargame diez mil´, ´poneme cinco de gas´”, precisó.

Comentarios