La mayoría de los asalariados utilizará el aguinaldo para pagar deudas
Tres de cada 10 empleados optaron por destinar ese ingreso a gastos básicos, pese a que el discurso oficial insiste en destacar una mejora macroeconómica, sustentada en la desaceleración inflacionaria y el control del tipo de cambio oficial.
Con la llegada de junio, millones de trabajadores en Argentina comenzaron a percibir la primera mitad del aguinaldo, aunque para una porción considerable de la población ese ingreso extraordinario no significará un alivio, sino apenas un recurso para llegar a fin de mes. De acuerdo con una encuesta oficial, el 31% de los asalariados planeó destinar el dinero a cubrir gastos generales como expensas, servicios, cuotas escolares, medicamentos y prepagas.
“Este año, el argentino promedio parece tener claro que el disfrute puede esperar. La prioridad, esta vez, es llegar a fin de mes”, afirmó Damián Di Pace, el director de la consultora. La percepción de que el aguinaldo se transformó en una herramienta para sostener el día a día, marca una diferencia con años anteriores en los que predominaban decisiones de consumo más ligadas al ocio o a la previsión.
En este sentido, tres de cada 10 empleados optaron por destinar ese ingreso a gastos básicos, pese a que el discurso oficial insiste en destacar una mejora macroeconómica, sustentada en la desaceleración inflacionaria y el control del tipo de cambio oficial.
El estudio mostró además que el tradicional destino vacacional del aguinaldo perdió terreno. Mientras que en diciembre de 2024 las vacaciones encabezaban el ranking de prioridades, en este nuevo escenario cayeron al cuarto lugar, lo que consolidó una tendencia descendente que se venía observando en los últimos períodos.
“Aunque el panorama macroeconómico actual muestra mayor estabilidad y previsibilidad que en años anteriores, la realidad cotidiana indica que los ingresos aún no alcanzan para cubrir todos los gastos del mes. En otras palabras, el salario se estabilizó, pero sigue sin rendir”, detalló el informe.
El relevamiento concluyó que el aguinaldo ya no representa una oportunidad para consumir sin restricciones, sino que se transformó en un instrumento estratégico para planificar los pagos más urgentes y racionalizar los gastos.