La firme decisión del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de poner trabas a las importaciones, a través de aranceles, para dinamizar la producción local, amaga con convertirse en un gran dolor de cabeza para los mercados y amenaza hasta la proyección de crecimiento que tiene la Argentina para este año.
A este complicado escenario se suman las dudas generadas por la intención del presidente Javier Milei de avanzar en algún momento en un tratado de libre comercio con Estados Unidos, algo que por ahora se ve poco probable, más allá de los elogios y la puerta abierta que dejó Trump.
Empresarios locales advierten que esa posibilidad es compleja porque requeriría la aprobación del Parlamento y cambios de fondo en el Mercosur, a los que en principio Brasil se opondría.
La Argentina tiene unos 20 acuerdos de libre comercio, de los cuales 13 son del Mercosur. En cambio, Chile tiene más de 700 acuerdos con países. Para los empresarios argentinos, es acertada la intención de avanzar en acuerdos de comercio para poder aumentar las exportaciones, pero los desafíos por delante parecen muy difíciles de sortear.
Las exportaciones de productos agroindustriales argentinos a Estados Unidos ronda los US$ 2.000 millones anuales y están muy diversificadas. Muchos de los productos que se envían al norte de América desempeñan un rol clave en las economías regionales, como los cítricos, en especial el limón. Por eso inquieta la reciente decisión tomada por el Gobierno de Trump de subir aranceles a la importación de derivados del agro.
Entre las trabas que ve el empresariado argentino se encuentra la visión ideológica de Trump a favor de administrar el comercio a partir de las políticas arancelarias.
El temor a una recesión global se empieza a instalar entre los agentes económicos, por el impacto sobre las economías que tendría el menor ingreso de mercancías a la principal economía del mundo. Además, la represalia de China hacia los envíos desde los Estados Unidos puede complicar aún más el panorama, según analistas.
La guerra comercial puede complicar las perspectivas ya de por sí modestas sobre crecimiento económico que hicieron los organismos multilaterales para las distintas economías del mundo.
Lo cierto es que Trump volvió con ansias proteccionistas renovadas, que van a contramano de las políticas de apertura implementadas por la administración de Milei. Mientras la Argentina busca avanzar en una mayor relación comercial con el mundo, Estados Unidos y China parecen ir en caminos inversos, lo cual puede desafiar aún más los planes de crecimiento que tiene el gobierno de Milei, según analistas.
¿Una nueva gran depresión?
A todo esto, La Cámara de Comercio Internacional (CCI) lanzó una advertencia contundente: el recrudecimiento de las tensiones arancelarias entre las principales potencias económicas podría desencadenar un colapso de proporciones históricas, comparable a la Gran Depresión de los años 30.
En un mundo ya marcado por la incertidumbre, esta alerta pone de manifiesto los riesgos de una escalada proteccionista que, según expertos, podría tener consecuencias devastadoras.
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