Un día después de la marcha universitaria, el presidente Javier Milei se reunió con su gabinete en la Casa Rosada para trazar la estrategia con la que enfrentará la movida opositora de voltear el veto a la ley de financiamiento universitario. La línea que se bajó fue que “no cambia nada”.
Es decir se sigue rechazando la iniciativa y se trabajará para tratar de blindar el veto presidencial. A diferencia de la vez en que se vetó la ley movilidad jubilatoria, no parece tarea fácil para el oficialismo conseguir los números para impedirle a la oposición que reúna la mayoría especial de los presentes que se requiere para insistir con la ley en Diputados.
En el gobierno apuntan ahora cierto malestar con el PRO, que esta vez parece estar decidido a no acompañar el veto de Milei. O al menos coquetea con la idea. El Gobierno si o si necesita el apoyo del bloque macrista para tener alguna chance de juntar los 87 votos necesarios (si es que no hay ausencias en el recinto de Diputados) para ratificar la decisión del Presidente.
El enojo es sobre todo porque desde el macrismo se apuraron a anticipar que, a diferencia de lo que ocurrió con la reforma jubilatoria, esta vez no acompañarían al Gobierno. Y hablan de un incomprensible cambio de postura.
Algo de razón tienen los libertarios: durante el tratamiento legislativo del proyecto, el PRO votó junto a La Libertad Avanza en contra de la sanción de la ley. ”Sería razonable que acompañen el veto”, dijo ayer el vocero presidencial, Manuel Adorni, en una entrevista televisiva, como para meter presión.
La sospecha es que el eventual desaire del PRO obedecería más a la creciente tensión del entorno presidencial con Mauricio Macri que a una diferencia de miradas en torno a la cuestión universitaria.
Macri
Sobre Macri: ayer recibió a los senadores del PRO y revisaron la agenda legislativa para lo que resta del año. Obviamente estuvo presente el tema del veto. Según fuentes amarillas, el expresidente remarcó ante los asistentes que la educación publica es una de las banderas de su fuerza política.
Pero evitó fijar una línea de acción sobre la posición que asumirán los bloques del PRO la semana próxima. La definición aparentemente se tomará en una reunión de los diputados del partido el próximo martes. Un punto de coincidencia con el gobierno es la creencia en la necesidad de auditar los gastos de las universidades y evitar el despilfarro.
Pero en Diputados, la decisión del Presidente de vetar el financiamiento universitario generó tensión en el bloque PRO. Ya habría cuatro legisladores que no estarían para ratificar la decisión de Milei y no se descarta que haya otras fugas en esa bancada.
“Vamos a ver cuántos votos consigue el oficialismo y después veremos que hacemos nosotros en Diputados”, habría transmitido Macri a los senadores que lo visitaron.
Pero además, el oficialismo tendría esta vez problemas para conseguir el respaldo de los cinco diputados radicales que se plegaron a La Libertad Avanza en la discusión por la movilidad jubilatoria y que por eso fueron sancionados por el partido. En ese contexto, en el Gobierno avisan que el plan B, esto es si el veto es volteado, sería directamente no acatar la ley bajo la explicación de que es “ilegal un aumento sin especificar los fondos”.
Es el argumento que está en los fundamentos del decreto de veto, el número 874/2024. “Si quieren ir a la Justicia, que vayan”, desafían desde Balcarce 50 a los opositores. “La judicialización es una posibilidad”, admiten libertarios. Mientras, llamó la atención la ausencia en la Rosada de la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, quien tiene bajo su órbita la Secretaría de Educación, que es la que lleva la relación con las universidades y los gremios docentes. Horas más tarde, para desestimar versiones que ya circulaban, Milei fue a sus oficinas y se fotografió con ella y con el subsecretario de Políticas Universitarias, Alejandro Alvarez.
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