“A partir del lunes 2 de septiembre la alícuota del Impuesto País para la importación de bienes y fletes se retrotraerá del 17,5% al 7,5%”, anunció días atrás el ministro de Economía, Luis Caputo. De manera que desde hoy se dará marcha atrás con el incremento sobre el gravamen que el presidente, Javier Milei, aplicó apenas asumió. No obstante, seguirá rigiendo el 30% sobre la compra de dólar ahorro, para los gastos que se hagan en el exterior (dólar turista) y para la suscripción a servicios de streaming o digitales prestados por empresas radicadas fuera de la Argentina, como Netflix.
La decisión del Gobierno de volver a gravar con un 7,5 por ciento la importación de bienes y fletes implicará un menor costo en la adquisición de insumos para las empresas.
Algo que puede redundar en una baja de precios en algunos rubros, a la par que podría incentivar la compra de bienes terminados, afectando a ciertos sectores de la industria nacional.
“Creo que en septiembre vamos a ver una baja de precios”, confió el ministro de Economía. En cambio, en las empresas alimenticias hay quienes dudan que una reducción de precios pueda verse reflejada en las góndolas, pero conceden que la baja del impuesto podría evitar que no suban por un tiempo. En la cuarta semana de agosto, los alimentos aumentaron un 1,3 por ciento, acelerándose un punto con respecto a la semana anterior.
“La clave del impacto de la reducción/ eliminación del impuesto en los precios está en la puja que suceda en cada cadena de producción y comercialización. Se genera un ingreso que los actores van a pretender apropiarse. Habrá que ver si en el plano real las empresas capturan la nueva brecha para incrementar sus márgenes o realizan un traslado parcial o total de la rebaja”, advirtió el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), que en su último informe analizó la carga tributaria de PAIS en el precio de venta final.
Con IVA, indicaron, puede ser de 2, 4 y 6 por ciento para ciertos bienes nacionales que utilizan insumos importados, dependiendo de la estructura de costos. En el caso de que la incidencia sea del 2 por ciento, la reducción del tributo implicaría una baja de precios del 1,14 por ciento.
Por ejemplo, un producto de $1.000 se reduciría uno $11,4. Si el peso sobre el precio que paga el consumidor es del 6 por ciento, la disminución sería del 3,4 por ciento (o $34 sobre un producto de $1.000).
Por sectores
Como se dijo, la reducción de esta carga impositiva sobre las importaciones puede tener un efecto dispar para la economía. Mientras que por un lado beneficiaría a aquellos que necesitan gran cantidad de insumos importados y verán una baja en los costos de producción, por otro facilitará el ingreso de bienes terminados a precios tal vez más accesibles que los que puede ofrecer la industria nacional.
En el caso del agro, por ejemplo, el presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y del Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), Gustavo Idígoras, celebró que el recorte del tributo “es una gran noticia, ya que Argentina importa fertilizantes y es un insumo crítico para lograr rendimientos en granos que luego se exportan”. Desde la Bolsa de Comercio de Rosario sumaron que la medida tendría un impacto indirecto positivo sobre la importación de autopartes de maquinaría agrícola.
También desde el sector de las automotrices destacaron que la retracción del impuesto PAÍS redundará en una merma de costos, lo que debería contribuir a mejorar los precios de exportación y, por lo tanto, la competitividad. En el mercado local, la tendencia que sigan los precios dependerá de la estructura de costos de cada vehículo y la cantidad de piezas provenientes del exterior que contengan.
En el rubro textil, en tanto, observaban el anuncio del Gobierno con cautela. En una industria fuertemente golpeada por la recesión, con un desplome en las ventas en torno al 40 por ciento (con respecto al año pasado) y un tendal de despidos y suspensiones, sostienen que la medida “tiene dos miradas, la de los insumos no producidos para generar valor agregado y la del producto terminado que favorece al precio del producto importado y, por lo tanto, facilita la importación en desmedro del producto nacional”, aseguró Luciano Galfione, presidente de la Fundación ProTejer, a la par que reclamó reducir la presión impositiva para la industria nacional, en un contexto de pérdida de competitividad y recesión.
Por otro lado, el presidente de la Cámara de Fabricantes de Electrodomésticos, Alejandro Iglesias, aclaró que el recorte del tributo abaratará los insumos importados, pero el impacto en precios no sería significativo porque representa un porcentaje pequeño del costo total.
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