Minar la credibilidad de Fabiola Yáñez y sembrar dudas sobre su salud mental. Esa parece ser la estrategia judicial de Alberto Fernández en la causa por violencia de género que le inició la exprimera dama. Al menos eso es lo que se desprende de la documentación clínica y los cuadernos manuscritos que el expresidente presentó ayer ante el fiscal Ramiro González. En esos documentos se leen varias veces las palabras “desorden y desregulación emocional”. Según fuentes al tanto de la investigación, se trataría de prueba documental relacionada con el tratamiento de Yáñez en el Instituto de Neurologi a Cognitiva (Ineco), que dirige el neurocientífico y diputado radical Facundo Manes.
Las “evidencias” fueron aportadas por la abogada de Fernández, Silvina Carreira, quien además sumó una pericia de parte para “determinar si toda la caligrafi a” que aparece en las anotaciones manuscritas pertenece a una misma persona. “La medida es pertinente dado que la denunciante sostiene que su problema con el alcohol y su desestabilizacio n emocional tiene una relacio n de causalidad por el trato dispensado por mi cliente y estos informes complementari an la historia cli nica ya solicitada” por la Justicia, advirtió la defensa del exmandatario.
Los documentos presentados son “un material impreso” con “anotaciones manuscritas” cuya autoría quedó certificada por los peritos, abundaron allegados a la defensa de Fernández.
Lo que el expresidente pretende es poner en tela de juicio la salud mental de su exmujer y dar vuelta la denuncia en su contra por golpes, maltratos y hostigamiento, tal como se desprende de los chats que intercambiaron Yáñez y la histórica secretaria de Fernández, María Cantero. La prueba aportada por la exprimera dama incluye fotos con un ojo y un brazo amoratados, como así también mensajes en los que el exmandatario habría intentado cerrar la causa con un acuerdo económico. Algo que nunca se concretó.
De los testigos que declararon hasta ahora, ninguno admitió haber visto episodios de violencia física, pero sí hablaron de agresiones verbales por parte del expresidente. Cantero, por su parte, ratificó la validez de los chats con Fabiola.
Ahora, la defensa de Fernández pide que se llame a declarar a una exama de llaves de Olivos, que habría asegurado que Yáñez era afecta a la bebida y que tenía moretones por sus caídas producto del alcohol. La estrategia, no obstante, podría tener su lado negativo para el expresidente, según fuentes judiciales. Porque si su exmujer era alcohólica y la dejó sin cuidados podría configurarse el delito de abandono de persona. Y si sufría algún desequilibrio emocional, sería un agravante en caso de que se pruebe que fue víctima de violencia de género.
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