Apenas estalló en los medios el escándalo por presunta violencia de género del expresidente, Alberto Fernández, contra Fabiola Yáñez, la exministra de las Mujeres, Diversidad y Género, Ayelén Mazzina, le envió un mensaje a la exprimera dama para ponerse a su disposición. Así se lee en un intercambio por WhatsApp que empezó el 4 de agosto y continuó al día siguiente, cuando Yáñez le reprocha a la exfuncionaria no haberla ayudado en su momento, cuando supuestamente le contó lo que ocurría: “Buen día, yo te llevé a Brasil a dar una conferencia y te pedí por favor ayuda. Vos eras la Ministra de género y mujeres. Si no me ayudaste a mí, ¿qué queda para el resto de las mujeres víctimas como yo? Que después ellos se salvan acusándote de loca y que te auto lesionas. Ese era el momento en el que necesitaba ayuda más que nunca. Igualmente, es de bien nacido ser agradecido. Me hubiese gustado que las cosas fueran diferentes. Un beso”, le reclama en la conversación que la denunciante sumó a la causa.
En su respuesta, Mazzina niega: “Nunca me pediste ayuda, dijiste que tenías que contarme algo. Quedamos en vernos en el despacho en varias oportunidades. Te mandé mensajes, yo no quería ser pesada sin saber qué era lo que pasaba. Nunca pudimos hablar a solas, siempre estaba la seguridad enfrente. Recuerdo que me dijiste ‘no me dejan hablar, después te cuento’. Lamento que te quedes con esa imagen. (...)
Vuelvo a reiterar mi apoyo para lo que necesites”. La exministra, que presentó en la Justicia un escrito en el que desmintió haber sabido de los golpes, le insiste a Yáñez que “siempre” estuvo “pendiente” y hasta se ofrece a viajar a España: “Si necesitás que vaya a verte, sacaré plata de donde no tenga para ir a acompañarte. Te mando un abrazo y acá estaré”. Algo que Fabiola le agradece, aclarando que “ya no hay mucho por hacer” y que la está pasando “fatal”.
El chat cierra con un mensaje de Mazzina en el que le afirma que le cree y que le va a creer “siempre”, que no tiene miedo “a nada” y que, “si pudiera hacer algo” por ella, “lo haría”. Además de aportar estos chats, Yáñez pidió limitar la investigación de uno de los teléfonos personales que utilizaba al inicio del gobierno de Fernández.
Por otro lado, sumó un certificado médico del 7 de junio pasado por un cuadro de “cefalea occipital con irradiación al cuello, malestar general, decaimiento, labilidad emocional y disnea” atribuible a un pico de “estrés personal asociado al acoso por expareja".
A través de su defensa, Yáñez también planteó que una abogada española que iba a testificar a favor de ella ahora “no está dispuesta a declarar”.
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