Distintos sectores del peronismo venían ejerciendo presión para que Alberto Fernández dejara la presidencia del partido. Si bien el ex presidente se había tomado licencia en el cargo tras la derrota electoral a manos de Javier Milei, gobernadores y dirigentes habían iniciado una serie de movimientos para tratar de ensayar un control de daños en medio de la grave denuncia contra el ex mandatario.
Y anoche, finalmente, Fernández decidió renunciar. Lo hizo a través de una carta en la que, además, aprovechó para cuestionar al gobierno nacional. “De ninguna manera voy a hacer que el gobierno aproveche esta denuncia en mi contra para ocultar los terribles problemas que tiene nuestro pueblo argentino”, sostuvo en la carta que dirigió a la mesa nacional partidaria.
En la misiva habló del “derecho moral y político de expresarme hasta que la situación se aclare”. Y luego mencionó el “dolor” que le produce tener que alejarse de la presidencia del partido.
Antes de conocerse la renuncia, el PJ nacional había comenzado a moverse en busca de mitigar los efectos de la grave denuncia que formuló Fabiola Yáñez contra el ex presidente. La idea era generar un gesto político fuerte: el alejamiento definitivo de Fernández de la conducción partidaria.
Este tema se analizó ayer durante una reunión que se realizó en La Rioja. Un sector del peronismo se dio cita allí con la excusa de asistir al acto de jura de la nueva Constitución provincial. Uno de los asistentes fue Axel Kicillof.
La asistencia bonaerense fue más amplia. Por caso, estuvo el presidente de la Federación Argentina de Municipios (FAM) Fernando Espinoza, cuya presencia generó algo de incomodidad. Es que el alcalde de La Matanza afronta una denuncia por presunto abuso sexual.
Quintela y Kicillof se reunieron en privado antes del acto en el que se soslayó el affaire Fernández. En cambio, los cañones apuntaron al gobierno de Javier Milei.
El gobernador riojano aspira a quedarse con la presidencia del PJ nacional. Con esa premisa busca nacionalizar su figura y una de esas escalas fue la movida que Kicillof organizó en la quinta de San Vicente con motivo del 50° aniversario del fallecimiento de Juan Domingo Perón. “Queremos que todos juntos nos ayuden a despertar a este gigante dormido”, dijo el mandatario.
Kicillof pareció darle un respaldo a aquella aspiración. “Amigo, compañero, ejemplo para el peronismo”, definió a su par de La Rioja cuando tuvo que tomar el micrófono.
El bonaerense, si bien evitó referirse a las denuncias contra el ex presidente en el acto público, sí lo había hecho horas antes de encabezar esa actividad. “Por supuesto que todos estamos muy shockeados por esta situación. Esperando que se resuelva rápidamente, que actúe rápidamente la Justicia y lo resuelva. Es gravísima la denuncia. Estamos todos en shock”, lanzó antes incluso que apareciera el posteo de Cristina Kirchner respecto del tema.
El “Gitano” Quintela, como lo llaman en el peronismo, podría tener justamente como competidora a la ex presidenta. Al menos es la versión que circula en el kirchnerismo con formato de posibilidad.
El PJ nacional tiene previsto renovar autoridades el 17 de noviembre, pero en medio del temporal político hay quienes buscaban que se concretara un gesto político con la salida definitiva de Alberto Fernández. Finalmente anoche ese gesto se concretó con la renuncia del ex presidente a su cargo partidario.
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