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LAS DIVISAS QUE NECESITA EL PAÍS

Señales de mejora en un contexto en permanente tensión

El incipiente rebote en la actividad económica traccionado por el campo genera expectativas, de la mano de un fuerte superávit comercial que ayuda al ingreso de dólares y consolida la estrategia macro del Gobierno.

La balanza comercial sumó un nuevo superávit y la actividad económica subió tras seis meses por el aporte del sector agropecuario. Fue la primera mejora desde que asumió Javier Milei en el Gobierno. 

La balanza comercial y la actividad económica registraron en junio y en mayo sendos resultados positivos y, en lo que respecta a la actividad económica, se trató del primero en los últimos seis meses. 

Los datos representan una pequeña luz en un contexto de una prolongada recesión que marca números negativos en la mayoría de los indicadores de actividad, y que abren un debate entre expertos que ven una salida más cercana y otros que recién esperan una mejora consolidada de la economía para fines de este año. 

La balanza comercial registró un saldo positivo de 1.911 millones de dólares en junio, dato mejor a lo esperado por los analistas, y acumula siete meses consecutivos en terreno positivo. 

Según un sondeo realizado por Reuters, los analistas proyectaban un superávit comercial de 1.600 millones de dólares para el del sexto mes del 2024. 

Según datos del INDEC, las exportaciones totalizaron 6.590 millones de dólares, con una alza interanual del 21,7%, y las importaciones sumaron 4.679 millones de dólares, lo que representó una caída del 35,4%. Y se acumuló en los primeros seis meses del año un saldo positivo por 10.708 millones de dólares, marcando el saldo comercial más elevado en los últimos 15 años, según datos del Indec. 

El ahorro se logró por el freno de las importaciones. En paralelo, la actividad económica creció en mayo 2,3%. 

Al igual que en los meses anteriores, el resultado se explicó por una caída muy pronunciada de las importaciones, en línea con el deterioro de la actividad económica, y en menor medida por una mejora en las exportaciones, como consecuencia de la mejora tras la sequía del 2023. 

“El superávit comercial es clave en la estrategia actual del Gobierno”, revela un informe de Ecolatina, en el que se sostiene que “en tal sentido, habrá que estar atentos a cómo la dinámica de las expectativas puede complejizar la recomposición de reservas en los próximos meses una vez superada la liquidación de la cosecha y en el marco de mayores pagos por importaciones”. 

Las importaciones acumularon U$S27.423 millones en los primeros seis meses del año. Al interior del indicador, el deterioro se observó por una caída en las cantidades (-34,5% interanual) como consecuencia de la caída de la demanda y la producción interna y, en menor medida, por una contracción de los precios (-1,7%). 

Del mismo modo, todos los grandes rubros exhibieron una contracción en los valores de las compras externas, explicado principalmente por un deterioro en las cantidades. 

Las exportaciones sumaron U$S38.062 millones en el primer semestre (+13,7% interanual). Al interior, la mejora se explicó por una suba en las cantidades (+30,2% interior), mientras que los precios jugaron a la baja (-6,6% interanual). 

“Durante el segundo semestre esperamos una persistencia del superávit comercial, aunque se iría achicando con el transcurrir de los meses. Respecto a las exportaciones, la recuperación luego de la sequía mantendrá las cantidades exportadas al alza, con un buen desempeño en los productos primarios y manufacturas de origen industrial. Además, las ventas externas energéticas y mineras seguirán mostrando una evolución positiva. 

Por el lado de las importaciones, estimamos que seguirán en rojo producto de una fuerte caída en las cantidades: las compras externas suelen ser más sensibles en periodos de recesión económica. Sin embargo, en la medida que la recuperación de la actividad económica persista, tendrá un correlato en una mejora (o al menos desaceleración de la caída) de las compras externas. Así, podría existir una recuperación de las importaciones de determinados segmentos vinculados a bienes de consumo y a la producción, vía el incentivo extra que trae aparejado la eliminación de las restricciones a las importaciones y las medidas de desregulación del comercio”, plantea el estudio.

La reciente suba en la brecha cambiaria y la apreciación del tipo de cambio real pueden generar el incentivo a adelantar importaciones en la medida que se incrementen las expectativas de devaluación. No obstante, dicho efecto podría estar en parte moderado por el anuncio de la reducción del Impuesto PAIS desde septiembre. 

Para la consultora Invecq, los primeros datos sectoriales de junio indican que la actividad económica no repuntó y se mantiene en un “valle recesivo”. 

Algunos analistas como empresarios, especialmente aquellos dependientes del mercado interno, no prevén una recuperación rápida en forma de “V”, dado que los ingresos se mantienen debilitados. 

“Hacia adelante esperamos que en los próximos meses comience una lenta recuperación, contingente a que se consolide el ordenamiento de las variables macro y de que los ingresos de las familias crezcan por encima de la inflación”, anticipó recientemente la consultora Orlando Ferreres. 

No obstante, esto no sería suficiente para un repunte completo. “Además, algunos indicadores de alta frecuencia de junio también avalan la ‘teoría del valle’: por un lado, la producción de autos se redujo fuertemente en un 40,2% interanual (vs. -27,9% en mayo), mientras que los despachos de cementos cayeron 32,8% (vs. -27,1% el mes previo).

Pero, por otro lado, la venta de insumos para la construcción aumentó 9,7% intermensual, al igual que los créditos al sector privado, los cuales crecieron 9,1% frente a mayo”, añadió la consultora.