El Gobierno decidió aumentar desde este sábado 1 de junio los impuestos a los combustibles, que habían sido congelados en mayo. La suba real será de menos de 10% de lo que correspondería, según hizo trascender la prensa metropolitana este martes.
El incremento será por un total de $ 9,45 por cada litro de nafta y de $ 12,62 de gasoil, descontado el efecto de los biocombustibles, que están desgravados. El monto se debe a que se postergó hasta julio el resto de la suba correspondiente, que era de $ 125 en total en la nafta y de $ 104 en el gasoil.
Esto representa un alza de hasta 1% en la nafta y como máximo 1,3% en el gasoil por los impuestos. Además, las petroleras trasladarán a los consumidores la devaluación del peso contra el dólar (2% mensual) y buscarán recuperar márgenes.
Con los aumentos de impuestos a los combustibles, el Gobierno busca una recaudación tributaria equivalente a 0,5% del Producto Interno Bruto (PIB) o el 10% del ajuste fiscal que se propuso para 2024, de 5 puntos porcentuales -30.000 millones de dólares-.
Actualmente, el litro de nafta súper de YPF en la Ciudad de Buenos Aires -la más barata, con excepción de la Patagonia, donde no se pagan estos impuestos- cuesta $ 870; la nafta premium (Infinia), $ 1.074; el gasoil, $ 918; y el diesel grado 3, $ 1.167, según la web Surtidores.
Hace unas semanas el Gobierno dejó de obligar a las estaciones de servicio a informar al instante sus valores de venta en la aplicación Precios en Surtidor, que servía como referencia para los automovilistas. Cómo es el aumento de impuestos a los combustibles. En mayo, el Ministerio de Economía había decidido postergar estos incrementos, que iban a impactar en un alza del 7/8% en los surtidores.
Compartir