La inflación de alimentos alcanzó el 10,5% en marzo y acumuló una suba de 308,3% los últimos doce meses, muy por encima de los 287,9% que marcó el índice de precios al consumidor, según las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
La cifra es contundente y dolorosa, ya que pega en la línea de flotación de la variable más sensible para la medición no solo del Índice de Precios al Consumidor, sino también en los alarmantes números de pobreza que castigan a todo el país. Para muestra, nuestra Región tiene a diciembre de 2023 casi un pobre cada dos habitantes, cifras que se emparentan con las de conglomerados históricamente postergados, tanto del Conurbano bonaerense como del interior del país.
De acuerdo con los datos relevados por el Indec, para marzo los productos que más subieron de precio fueron la lechuga, con un 66,7% de aumento, seguido por el tomate (56,3%) y la cebolla (24,3%), alimentos con un fuerte componente de estacionalidad, pero casi insustituibles en cualquier mesa argentina.
Desde que asumió Javier Milei, la evolución de la inflación en el rubro alimentos de la medición oficial marca que diciembre fue el pico de aumentos con 29,7%, pero luego bajó a 20,4% en enero. El retroceso continuó en febrero con un marcado descenso a 11,9%, para luego registrar una menor caída en marzo hasta desacelerarse en un 10,5%.
Pero, con excepción de diciembre, en el resto de los meses los alimentos subieron por debajo del nivel general de precios.
En la provincia de Buenos Aires los especialistas entienden que el mapeo puede tener similitudes al nacional, aunque no hay mediciones confiables y sistemáticas como para tener una base sólida y comparar con otros distritos que sí miden esta variable.
La menor inflación también se explica por la fuerte caída del consumo derivada de la fuerte pérdida de poder adquisitivo del salario, que se potenció con la devaluación en el inicio del gobierno de Javier Milei. En este contexto, las canastas que miden el umbral de pobreza e indigencia aumentaron 11,9% y 10,9%, respectivamente.
De esta manera, una familia tipo conformada por cuatro integrantes -dos mayores y dos menores- necesitó en marzo $773.385 para no ser pobre y unos $358.048,65 para no caer en la indigencia.
La mayoría de los argentinos asalariados -registrados o no- no ganan para superar el umbral de pobreza. A febrero pasado, y según cifras oficiales, el ingreso promedio de los trabajadores estables fue de $619.007,05, quedando por debajo de la línea de pobreza. El poder adquisitivo de los salarios en Argentina cayó casi un 24% entre noviembre de 2023 y febrero de este año, por debajo de lo registrado durante la crisis post 2021.
El alza en los precios de los alimentos es la que más afecta a los sectores más postergados, que destinan la mayor parte de sus ingresos a cubrir la canasta básica.
Mediciones privadas marcan que la segunda semana de abril cerró con una inflación de 0,2% en alimentos y bebidas. Así, desaceleró 0,2 puntos respecto a la semana anterior. La suba promedia 6,2% en las últimas 4 semanas y 2,1% punta a punta en el mismo período. En lo que va del mes, este rubro acumula un 0,6% de inflación.
Los datos surgen del informe semanal que elabora la consultora LCG mediante un relevamiento on line que hacen todos los miércoles en el que monitorean precios de 8.000 alimentos y bebidas de 5 supermercados de diferentes marcas.
El trabajo de LCG indicó además que “por quinta semana consecutiva la inflación mensual promedio y la medida punta a punta cayeron”.
El informe advierte: “Que el 25% de los productos ajusten una vez por semana en promedio implica que toda la canasta lo hace en menos de un mes”.
Y hay algunos alimentos que por su característica estacional o razones climáticas tuvieron alzas de precios bastante significativas que hasta duplican el promedio general de marzo.
De acuerdo con otro relevamiento de la Universidad Eseade, el rubro Alimentos y Bebidas no Alcohólicas comenzó a desacelerar los precios a partir de la tercera semana de marzo.
También la consultora Econview relevó una desaceleración de precios, con una suba de 1,2% en supermercados del Gran Buenos Aires para la segunda semana de abril.
Consignó que el rubro con mayor suba fue Perfumería, con 2,7% promedio, y el menor fue Almacén, con una variación de -0,3%.
Para el gobierno es clave reducir las expectativas inflacionarias y mostrar resultados en su lucha contra la suba de precios.
Las consultoras apuntan a una inflación de un dígito para este mes
Las proyecciones de diferentes consultoras marcan que en este mes el índice de inflación perforaría las dos cifras.
Desde Criteria pronosticaron una inflación en torno al 5% para mitad de año. Proyectan que esa baja estará acompañada por una recuperación del crédito al sector
privado -especialmente a empresas- en el segundo semestre.
“Aunque se tienen que cumplir determinadas cuestiones, creemos que la inflación va a estar en un dígito a partir de mayo”, coincidió María Castiglioni,
socia de C&T asesores económicos.
Los relevamientos de esa consultora indican que la inflación núcleo (que no contiene los precios regulados ni estacionales) y los precios de alimentos y bebidas están bajando.
“Ya en estos primeros días de abril nos da que el rubro alimentos bajó 0,8%”, indicó.
A eso, la economista sumó que los ajustes de tarifas ya no tendrán tanto impacto en mayo ni tampoco habrá componentes estacionales, como el cambio de
temporada de indumentaria o el aumento del consumo turístico.
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