El presidente Javier Milei, a través de su ministro Luis Caputo, lleva adelante un brutal ajuste económico que recae con intensidad sobre la clase media y que afecta con virulencia a los jubilados y pensionados y a los sectores de ingresos fijos, como los asalariados. Ante una fuerte pérdida de poder adquisitivo de la población, la recesión campea y se empieza a notar con suspensiones y despidos en las empresas.
Uno de los primeros sectores que empezó a notar la caída de la actividad es la construcción, donde se produjeron miles de suspensiones y despidos, principalmente por la parálisis de la obra pública. También en el rubro automotriz hubo suspensiones ante la parálisis de plantas en distintas provincias.
La caída de la actividad impacta además en las industrias alimenticias, que sufrieron fuertes caídas en el consumo en el primer trimestre del año.
La multinacional mexicana Bimbo, líder en panificados, despidió a 20 trabajadores y analiza avanzar con más medidas ante el derrumbe de ventas. La compañía líder en la venta de pan de molde diseñó un plan de achique de su plantel laboral en su planta de producción ubicada en la provincia de Córdoba.
En Córdoba, Bimbo emplea en forma directa a alrededor de 170 personas, pero además genera muchos empleos indirectos en logística, ya que su fuerte de ventas está ubicado en la zona del área metropolitana.
El Sindicato de la Alimentación (STIA) de Córdoba se declaró en estado de alerta y advirtió que "la caída en el consumo y la recesión producto del plan económico del gobierno nacional de recortes y ajuste está mostrando una de sus peores consecuencias con caída de la actividad, reducción de jornada y despidos en el sector".
El gremio sostiene que la caída de ventas que sufren muchas alimenticias no sólo se debe al ajuste, sino a que las empresas marcaron precios muy por encima de sus costos. Un reciente relevamiento arrojó que el pan de molde cuesta en Argentina alrededor de 3,6 dólares, mientras que por el mismo producto en Estados Unidos se paga 1,87 y en España ,39. A esto se suma que la Argentina se productor trigo e incluso exporta el cereal.
En el Gobierno afirman que las industrias calcularon precios sobre la base de un dólar a 1.500 pesos, y ahora que la divisa norteamericana se estabilizó a los 1.000, se resisten a bajarlos.
Desde el sector supermercadista dan cuenta de la retracción en el consumo masivo y el pan lactal encabeza la lista de retroceso en las ventas, ya que es un producto que puede ser prescindible de la canasta básica y/o reemplazado por pan de mesa. Ante este escenario, Brasil sería el destino ideal para importar el producto, aunque primero deben analizarse las fechas de vencimiento para que cierren los números.
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