Las exportaciones de la agroindustria podrían sumar U$S50.000 millones
Pese a que en 2023 las ventas al exterior de las cadenas agroindustriales cayeron 35,8% por la sequía y los precios, este año repuntarían por la mayor cantidad de granos producto de las mejores perspectivas climáticas.
La sequía no perdonó a las exportaciones de la cadena agroindustrial, que cayeron un 35,8% durante el año pasado. Pero un informe sectorial revela que para este 2024 se podría estimar que las exportaciones de las cadenas agroindustriales alcancen un valor entre U$S50.000 y U$S55.000 millones en el año, unos U$S15.000 millones por encima del nivel de 2023.
Así lo revela el Monitor de Exportaciones Agroindustriales elaborado por la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de la Argentina (FADA), que muestra a 2023 como un año verdaderamente difícil en materia de comercio exterior, teniendo en cuenta que cayeron 24,5% las exportaciones del sector, castigadas por la sequía y la caída de precios internacionales.
Solo 3 de 11 sectores analizados le aportaron dólares al país. Pero, pese al mal año para el sector, Argentina se mantiene en lo más alto del podio en ventas al exterior de cinco productos: porotos, aceite y jugo de limón, aceite de maní y de soja. Además, ocupa el segundo lugar en harina de soja y yerba mate, y el tercero en leche en polvo, maíz y soja.
“El 2023 fue un año difícil para las exportaciones en Argentina: en total cayeron 24,5%, mientras que en las cadenas agroindustriales (CAI) la caída fue del 35,8%. En total, las CAI generaron 38.835 millones de dólares en 2023, 20.680 millones menos que en 2022, explica Nicolle Pisani Claro, economista de FADA.
“Esto afecta a todos los argentinos. Por un lado, de los 11 rubros exportadores, solamente 3 ingresan más dólares de los que consumen: transporte, minería y las cadenas agroindustriales. Sin embargo, las últimas generan 14 veces lo que generan transporte y minería juntos.
Esto quiere decir que los dólares que entran de las cadenas agroindustriales nos permiten comprar computadoras, celulares, ropa, muebles, combustibles, juguetes, entre otros.
Además, menos exportaciones es igual a menos trabajo y menos oportunidades”, agrega.
“Las cadenas agroindustriales argentinas llevan sus productos a más de 155 países, eso equivale al 80% del mundo. Como principales compradores se destacan Brasil, China, Estados Unidos y Vietnam”, revela David Miazzo, economista jefe de la entidad.
Las perspectivas de las exportaciones para 2024 son neutras en términos de demanda internacional; positivas en competitividad cambiaria y en oferta exportable; pero negativas en precios.
“Podemos esperar un 2024 con mayor nivel de exportaciones respecto a 2023, generado por la tracción de los granos, aunque con menor valor que 2023 a causa de los precios.
Con estas perspectivas, se podrían estimar exportaciones de las cadenas agroindustriales que alcancen un valor entre U$S50.000 y U$S55.000 millones en 2024, unos U$S15.000 millones por encima del nivel de 2023” , analiza Miazzo.
“No fue un buen año para las exportaciones agroindustriales: de los 20 complejos que analizamos, en 16 cayeron las exportaciones, lo que ocasionó que ingresen con lo exportado en 2022. Esto fue producto de la sequía y de los precios internacionales”, observa Pisani Claro.
Se destaca que la Argentina es primera exportadora mundial de porotos, aceite y jugo de limón, maní y aceite de soja. “Estamos segundos en harina de soja y yerba mate y terceros en leche en polvo, maíz y porotos de soja”, indicó el reporte.
El estudio de FADA también analizó quiénes fueron principales compradores: Brasil (lácteos, legumbres, peras y manzanas y trigo), China (carne aviar y de vaca y cebada), India (girasol y soja), EE.UU. (té, uva, limón y forestal), Vietnam (maíz), Chile (arroz), Países Bajos (maní), Siria (yerba), España (pescado), Costa de Marfil (cerdo) y Alemania (lanas).
En 2023, Argentina exportó por U$S66.788 millones. De ese total, las cadenas agroindustriales generaron un total de U$S38.835 millones en concepto de exportaciones. Es decir, 6 de cada 10 dólares provinieron de las cadenas agrícolas, lo que equivale al 58% de las exportaciones argentinas.
“Los productos agroindustriales salen desde todo el país, es una actividad totalmente federal. Cada rincón de la Argentina tiene miles de trabajadores que se especializan en las producciones de esa región. Por ejemplo, en la Patagonia lo que más se exporta son los rubros pesqueros, peras y manzanas. En la región pampeana soja, maní, girasol, maíz, trigo, cebada, carne de vaca, lácteos y carne aviar. En Cuyo prevalece la cadena vitivinícola. Desde el NEA es el té, la yerba y productos del complejo forestal. Por último, en el NOA se especializan en limón, porotos y garbanzos”, afirma el economista.
“Sin embargo, ese federalismo no se refleja desde lo impositivo, ya que el 89% de lo recaudado por AFIP en Derechos de Exportaciones viene de las cadenas agroindustriales, y ese impuesto no es coparticipable a las provincias. O sea, es trabajo y recursos que se generan a lo largo y ancho del país y que quedan en el Estado nacional”, concluye Miazzo.
La ola de calor estropeó 100.000 hectáreas de soja en la zona núcleo
Mientras se espera el fin de la ola de calor y el regreso de las lluvias, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) estimó que ya hay al menos unas 100.000 hectáreas perdidas de soja de segunda en la zona núcleo.
A causa de las altas temperaturas que se sucedieron en los últimos días, se perdería aproximadamente 10% del área sembrada.
En soja de primera, a su vez, la entidad santafesina indicó que ha desaparecido el potencial de hace 15 días atrás y será clave cuánto llueva este fin de semana.
“Se producirán lluvias y tormentas que irán ganando volumen y cobertura. El cambio en la circulación atmosférica permitirá retornar a cierta recurrencia de las precipitaciones durante la segunda semana del mes”, dijo el consultor de la BCR, Alfredo Elorriaga.
En ese sentido, la BCR calculó que la ola de calor duró
14 días, con solo el domingo 4 interrumpiendo el crudo régimen térmico. Pero el fenómeno sigue.
En ese sentido, alertó que, en esos 15 días, la región pasó de tener reservas abundantes a óptimas en el 60% del área, a sequía en el 47%, tal como muestran las reservas de agua en pradera permanente para el primer metro del suelo.
Según indicó el informe, la condición de la soja de segunda se desplomó durante los últimos 7 días.