El Gobierno advirtió que "no cederá" ante los reclamos gremiales
En la mañana de hoy funcionarios y legisladores de LLA cuestionaron la convocatoria en rechazo del DNU y la Ley "Bases" que organizó la CGT y aseguraron que éste es un momento difícil, pero que si se aplican las medidas propuestas por el Presidente, a la Argentina "le va a ir bien".
El vocero presidencial, Manuel Adorni, descartó hoy establecer un canal de diálogo con la Confederación General del Trabajo (CGT) tras el llamado a paro en rechazo al mega DNU 70/23 y a la Ley Ómnibus impulsadas por el presidente Javier Milei.
En la habitual conferencia de prensa, el funcionario marcó la dificultad de encontrar una vía de diálogo con gente que intenta "complicar la vida al resto de los argentinos" y a la que, de todos modos, calificó como un grupo minoritario. "Qué es lo que uno intenta dialogar con gente que intenta frenar el país, que desconoce lo que ocurrió en las urnas poquito tiempo atrás y que muestra un costado bastante antidemocrático y bastante antirrepublicano al hablar de voltear cosas", se preguntó, y completó: "En la Argentina no se voltea más nada. En este contexto, la pregunta no tiene respuestas. No se puede dialogar con quienes no quieren que el país salga adelante".
A pesar de los dichos del vocero, desde la administración libertaria aclaran en estricto off que hay ministros encargados de dialogar, de manera informal, con los distintos sindicalistas aunque precisan que el Presidente considera que "los que están en la calle son cómplices del peor Gobierno de la historia y los que no hicieron ni un paro" en ese momento.
La CGT configura "un rival cómodo" para los libertarios por lo que el mandatario instrumentó a sus ministros a expresar su rechazo a la medida a través de las redes, ya que consideran que se trata de "un paro son político, con una finalidad de dañar a un Gobierno".
Milei seguirá desde la quinta de Olivos el desenlace de la protesta y allí estaba previsto que recibiera espera a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, para monitorear la jornada.
A pesar de las duras críticas, Adorni aclaró que "no es toda la gente ni todo el sindicalismo" los que se iban a movilizar este miércoles, y si bien remarcó que el Gobierno respeta el derecho a parar, especificó que "queda la triste sensación de que el paro se ha transformado en algo más político que una cuestión sindical o la mera defensa de los trabajadores".
"Seguimos extrañados por la velocidad que han tomado para anunciar el paro, récord en la Argentina. Hoy es un día triste entendiendo que toda la gente que quiere tener un día normal y no lo va a poder tener", alertó.
En otro pasaje de la conferencia, a pesar de haber subrayado que la administración libertaria respeta el derecho a la protesta, el vocero reafirmó que descontarán el día a los empleados estatales que adhieran a la huelga. "Quien quiera parar que pare, no podemos obligar que esa decisión la paguen los contribuyentes", argumentó.