El secretario de Cultura de la Nación Leonardo Cifelli, debió, este jueves, dar explicaciones sobre el capítulo Cultura del proyecto de ley ómnibus enviado para su tratamiento al Congreso, la cual deroga organismos históricos como el Fondo Nacional de las Artes y el Instituto del Teatro. El productor teatral aclaró que no desaparecerán, lo que se interpreta como una marcha atrás parcial sobre lo referido en el texto original: funcionarán –reducidos a programas– bajo la órbita de su cartera. “Cada uno conservará su fin, la promoción y el desarrollo de las actividades artísticas”, dijo y dejó planteadas más dudas que certezas sobre el futuro del programa cultural del país.
Su mensaje era muy esperado, sobre todo por el rechazo que desató en todo el arco ideológico el anuncio del cierre del FNA, subrayado este miércoles por cacerolazos culturales en todo el país y frente a Casa Rosada. Su presentación ante el plenario de comisiones estaba prevista para las 11 de la mañana, ratificado tanto por sus voceros como por los del Ministerio de Capital Humano, cartera a la que pertenece Cultura. Pero sorpresivamente sus palabras se adelantaron para las 10 de la mañana al agrupar las presentaciones de los tres secretarios que pasaron por el plenario en seguidilla, el de Educación, Carlos Torrendel, y el de Niñez y Familia, Pablo de la Torre.
En un discurso de apenas seis minutos, que leyó no sin algo de nervios, Cifelli repitió el eslogan del gobierno de Javier Milei: “No hay plata no es un lema, lamentablemente es la realidad”. Dijo que el área cultural debe “revisar una estructura, que no solo no funciona, sino que es deficitaria” y que el plan cultural elaborado demuestra, a su criterio, “los verdaderos valores con los que se trabajó cada uno de los puntos: libertad, transparencia, eficiencia y progreso”.
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