A pocos días para el balotaje del 19 de noviembre se cortó el veranito cambiario que el mercado venía atravesando desde los comicios del 22 de octubre.
El dólar blue, que en tres semanas había bajado 310 pesos, volvió a repuntar y aumentó $60 en esta rueda.
Así se ubicó en $950, todavía lejos de los $1200 que supo tocar antes de las elecciones de octubre. Con esto llevó la brecha a 172%. También los dólares financiaros se movieron al alza, con un avance de 2,6% en el dólar MEP, para llegar a $863,3, mientras el contado con liqui subió 5,9%, a $871,6.
Aunque se trata de un salto brusco, la movida alcista era esperada por los analistas, que preveían que a medida que se acercara el balotaje, los inversores volverían a apostar al dólar para encarar el último tramo de las elecciones en moneda dura.
Si bien tras los resultados de octubre se alejaron las chances de una dolarización, el mercado entiende que después del balotaje empezará a acelerarse la devaluación. Y prefiere comprar billetes verdes ahora, antes de que se encarezcan.
El ministro candidato Sergio Massa dijo el domingo pasado en declaraciones televisivas que el 15 de noviembre el dólar oficial subirá 3,5 pesos y desde allí se seguirá aplicando el crawling peg, las microdevaluaciones diarias que regían hasta agosto. Lo que Massa no detalló es cuál será la suba prevista para todo el mes. Si se mantiene el ritmo del 15 de noviembre, a lo largo de 30 días la devaluación superaría a la de agosto.
"Pensando en el dólar oficial, un ajuste luce inevitable. La fijación del tipo de cambio oficial en $ 350 desde el salto discreto de 21,8% del 14/08 llevó a una apreciación artificial del peso, que seguirá extendiéndose hasta por lo menos el 15/11 de acuerdo con las declaraciones públicas de Massa de este fin de semana", dijeron en Portfolio Personal Inversiones (PPI).
Para tomar dimensión de esta apreciación, PPI precisó que el oficial se encuentra en los niveles más bajos desde junio 2017, durante la época de mayor bonanza de la gestión Macri.
Además, se ubica apenas 14,5% por encima de los mínimos de Cristina Fernández de Kirchner de diciembre 2015, que fueron marcados luego de un fuerte proceso de apreciación artificial del peso durante las elecciones presidenciales de aquel año.
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