Esta semana se conoció el índice de inflación de agosto, del 12,4%, la medición mensual más alta en 32 años que confirma la aceleración de los precios en todos los rubros. Esta cuestión va de la mano con la pérdida del poder adquisitivo de los argentinos y el cada vez más dificultoso acceso a productos indispensables de la canasta básica.
Según informó el Indec, la suba de precios anual fue de 124,4% en los últimos doce meses y solo en los primeros ocho meses del 2023 el IPC acumuló un alza de 80,2 por ciento.
Para ratificar cómo el peso se devalúa y el poder de compra se estrecha, un informe de la consultora Focus Market, realizado mediante un relevamiento en 1.000 puntos de venta, deja al desnudo cuántos productos podíamos comprar con $2.000 en 2008 y cuántos se pueden comprar con el mismo billete en 2023. También proyectaron el valor del billete que debería tener hoy para comprar los mismos productos que en 2008.
“Desde su nacimiento en 2017 hasta ahora, el billete de $1.000 para tener el mismo valor de compra debería ser de $16.000, por lo cual el actual valor del billete de $2.000 debería ser de $32.000. Desde que se anunció el lanzamiento del billete de $2.000 a comienzos de año hasta hoy, para que no haya perdido su valor real debería ser de $3.500. El verdadero valor de la producción, el comercio y trabajo de los argentinos se está deteriorando profundamente”, detalló Damián Di Pace, Director de la consultora Focus Market.
En 2008 con $2.000 se podían comprar 800 paquetes de azúcar de 1 kilo. Sin embargo hoy con el mismo monto no se llega a comprar 3 paquetes, ya que con $2.000 se pueden adquirir, en promedio, 2,5 paquetes de azúcar.
Por otro lado, si quisiéramos comprar los 800 paquetes de azúcar de 1 kilo que comprábamos en 2008 con un billete de $2.000, hoy necesitaríamos gastar $649.600.
“Ya han pasado 15 años y la destrucción de nuestra moneda ha sido producto de una maquinaria de gasto público financiado con emisión monetaria para cubrir el déficit fiscal. La relación es que cuanto menos le cerraron las cuentas al Estado menos aún le han cerrado a los argentinos por doble vía: con más inflación y más impuestos, deteriorando su calidad de vida y bienestar a lo largo del tiempo. Hoy la moneda está en discusión porque el futuro del poder adquisitivo del dinero está proyectando una futura estructura de precios al alza con un cuadro macroeconómico que en las últimas décadas no logró resolverse y actualmente está en estado crítico. El pasado forma nuestra idea sobre que el valor futuro de nuestra moneda estará en caída”, señaló Di Pace.
En el caso de la leche entera por 1 litro, en 2008 se compraban 690 sachets con $2.000, y hoy compramos apenas casi 5 leches (4,6). Si hoy quisiéramos comprar la misma cantidad de sachets de leches que comprábamos en 2008 con un billete de $2.000, deberíamos pagarlos $300.000.
En 2008, con $2.000 comprábamos 635 botellas de 2 litros de agua mineral, y en cambio hoy compramos con el mismo billete 4,9 botellas. Sin embargo, si hoy quisiéramos comprar las 635 botellas de agua mineral de 2 litros que comprábamos en 2008 con un billete de $2.000, necesitaríamos pagar $260.350.
En el caso de un producto tan consumido por los argentinos como la yerba mate por 1 kilo, en 2008 con $2.000 podíamos adquirir 606 paquetes, y hoy con el mismo importe solo se compran 2,6 paquetes. Y si en 2008 nos alcanzaba un billete de $2.000 para comprar 606 paquetes de yerba mate por 1 kilo, hoy necesitamos para acceder a la misma cantidad de paquetes un billete de $460.560.
Otro producto esencial para la cocina argentina como es el aceite de girasol x 1,5 litro, con $2.000 en 2008 nos daban 202 botellas, mientras que en 2023 no llegamos a comprar con ese importe 2 botellas (1,7 botellas). Si hoy quisiéramos comprar 202 botellas de aceite de girasol por 1,5 litro, que en 2008 comprábamos con un billete de $2.000, pagaríamos $239.168.
También en 2008 comprábamos con $2.000 364 paquetes de papel higiénico de 6 unidades por 30 metros cada uno, y en 2023 solo compramos 2,6 paquetes del mismo producto.
Y si hoy quisiéramos comprar la misma cantidad de paquetes de papel higiénico que comprábamos en 2008 con un billete de $2.000, necesitaríamos juntar $285.000.
“Desde 2007 a la fecha, el gobierno nacional perdió dos capitales de gestión que fueron baluarte de la administración de Néstor Kirchner, como eran el superávit fiscal y comercial.
A partir de ese año, ese patrimonio que mantenía en pie las cuentas públicas, con una inflación de un dígito, mercado cambiario estable y economía en crecimiento sostenido, comenzó a perderse. Han pasado ya 16 años de aquel tiempo y no se ha podido revertir el deterioro de nuestra economía en forma constante a lo largo del acumulado de todo el período. Hoy nuestra moneda refleja el deterioro de las cuentas macro del Estado y en las cuentas micro de la gente”, señaló el director de Focus Market.
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