En medio de la radicalización del debate electoral, el oficialismo y Juntos por el Cambio coinciden en una misma estrategia tendiente a recuperar los votos perdidos en los distritos que les fueron afines años atrás para así poder arribar a la meta de los 32 puntos con los que, estiman, pelearán para instalarse en el balotaje del 19 noviembre próximo.
Es la consecuencia inocultable del tablero electoral que decantó las primarias y que hoy exhibe al libertario liderando la agenda pública rumbo a las generales.
Por eso tanto Sergio Massa, como Patricia Bullrich decidieron implementar estrategias bien diferenciadas para intentar volver a ganar centralidad en la campaña. Aprovechando su doble condición de ministro y candidato, el primero desplegó una batería de medidas electoralistas destinadas a atenuar la mayor suba inflacionaria en los últimos 32 años, como la devolución del IVA para productos a la canasta básica, el congelamiento de las tarifas de los servicios públicos y créditos de $400 mil para trabajadores. A último momento también anunció la entrega de lotes para la agro-producción como respuesta a la demanda de Juan Grabois, que venía diferenciándose de su rival en las PASO y todo hace prever que en las próximas semanas se conocerán otras iniciativas del remozado “plan platita”.
Para Bullrich y los referentes del mayor armado opositor la audacia del titular del Palacio de Hacienda le pone nafta a la inflación con el riesgo de decantar en un “Rodrigazo” (por el ajuste de 1975) o una hiperinflación. Por eso se oponen a acompañar el tratamiento de los cambios en el Impuesto a las Ganancias que el próximo martes tendrá una puesta en escena del oficialismo en el Congreso, con una movilización de la CGT incluida.
La candidata presidencial busca amalgamar a una coalición que sufrió los avatares de una cruenta interna que, como en la semana explicitó el diputado Ricardo López Murphy, “no satisfizo a nuestra base electoral”.
Dejar atrás las suspicacias
Los encuentros de la exministra de Seguridad con sus socios del radicalismo y la Coalición Cívica van en esa dirección al igual que haber sumado a Mauricio Macri a la campaña –la acompañó el pasado jueves en la presentación de su último libro- con el objetivo de dejar atrás las suspicacias que mostraban al expresidente cerca del presidenciable de La Libertad Avanza.
La caravana federal que emprendió Bullrich hoy la depositará en Chaco donde esperará los resultados de la elección con el radical Leandro Zdero, que ganó las primarias de esa provincia y busca desplazar en la gobernación al peronista Jorge Capitanich.
Pero quizás el principal desafío que enfrenta Bullrich es intentar transformarse en la indiscutible líder del espacio y aquietar las críticas internas por una supuesta falta de orientación en su discurso que favorecería la imagen de Milei como el representante del “cambio” que podría dejar atrás un modelo populista. Si bien ha logrado fortalecer sus propuestas de reformas económicas con un “vocero” calificado como Carlos Melconian, aún le falta consolidar la idea de que encabeza un proyecto de “cambio realizable”, es decir, con un respaldo político devenido de una coalición que se ha ampliado respecto a 2019, sumando gobernaciones e incluso pudiendo engrosar en octubre sus respectivos bloques legislativos. Es que el mentado plan de estabilización que comenzó a menearse tras el cimbronazo económico que produjo la salida de Martín Guzmán del Ejecutivo, ahora luce como un destino manifiesto para la administración que asuma en la Casa Rosada el próximo 10 de diciembre. Sin un plan integral que solucione las inconsistencias macroeconómicas y reduzca el déficit fiscal, que en última instancia provocan el actual fenómeno de alta inflación, difícilmente el próximo gobierno pueda tener éxito.
Contrarrestar versiones
También la exdiputada intenta por las últimas horas contrarrestar una versión imperante entre los factores de poder en Argentina, esto es, que arranca el último tramo de la etapa proselitista detrás del libertario y de Massa, no por mérito del titular del Palacio de Hacienda sino por supuestamente no poder retener los votos cosechados por el armado opositor en las primarias.
Empero, en el campamento de JxC desechan estas teorías y sostienen que están en busca de los 32 puntos que, aducen, los depositarían en la segunda vuelta electoral.
Posturas disruptivas
Mientras, Milei sigue defendiendo sus posturas disruptivas en público -generó mucha repercusión el reportaje que le hizo el ex periodista de la Fox News, Tucker Carlson pero, en privado, intenta moderarse.
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