La jueza Ana María Figueroa evalúa pedir a la Corte Suprema una licencia extraordinaria por 30 días para destrabar el limbo que se armó en la Cámara Federal de Casación Penal cuando ella cumplió los 75 años, la edad máxima que establece la Constitución Nacional para permanecer en el cargo, y sin que el Senado la validara por cinco años más.
Figueroa confirmó su decisión de pedir una licencia extraordinaria a un grupo de periodistas luego de una tensa reunión que duró más de tres horas y se hizo en el primer piso del edificio de Retiro con sus colegas Mariano Borinsky, quien quedaría de presidente del cuerpo mientras ella se retire; y sus colegas Gustavo Hornos, Javier Carbajo, Daniel Petrone, Diego Barroetaveña (también consejero de la Magistratura) Carlos Mahiques, Guillermo Yacobucci y Alejandro Slokar. No estuvieron presentes ni Juan Carlos Gemignani ni Angela Ledesma que están de licencia. Hubo algunos cruces más pero el diálogo ayudó a apaciguar los ánimos.
Según algunos trascendidos, hubo un momento en que la reunión se puso caliente. Algunos le reclamaban que con su decisión había complicado el funcionamiento administrativo del cuerpo, en incluso Slokar acusó a sus colegas de pretender echar a Figueroa.
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