La Cámara Federal porteña ratificó ayer el procesamiento con prisión preventiva de Ezequiel Nuñes Pinheiro, el llamado hacker misionero, y del expolicía Ariel Zanchetta, en el marco de la investigación que los indica como parte de las maniobras que se llevaron adelante para espiar a jueces de la Corte Suprema y de Comodoro Py 2002 —que tuvieron como epicentro la provincia de Misiones y que incluyeron la creación de líneas telefónicas truchas a nombre de los ministros—. El fallo no solo reforzó la gravedad institucional de las maniobras: también apuntó a profundizar qué motivaciones tuvieron los autores intelectuales.
“La participación de ambos se inserta en un contexto de hechos que revisten gravedad institucional y que están caracterizados por el modo clandestino y oculto en que se manejaban sus autores —incluyendo la operación a través de redes informáticas con alias y mediante transferencias de valores en ‘criptomonedas’ en cuentas digitales ajenas al sistema bancario—. Las características propias de los eventos y el rol que en aquellos habría tenido, permiten sostener un riesgo concreto de entorpecimiento de la instrucción”, indica el fallo y remarca que se intentan determinar “los alcances reales de los acontecimientos y la identidad de los demás involucrados”.
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