Una familia tipo (matrimonio y 2 hijos menores) necesitó $248.962 en julio para no ser pobre, en tanto que para no caer en la indigencia se requirieron $111.642, de acuerdo con los índices de Canasta Básica Total y Canasta Básica Alimentaria de Capital y Gran Buenos Aires difundidos este jueves por el Indec.
Los datos representan una suba mensual del 7,1% para ambas categorías en comparación con la medición de junio, por arriba de la inflación promedio que fue del 6,3%. De todos modos, los datos representan una fotografía del último mes y quedarían muy lejos de lo que se prevé sean los índices de agosto ante la devaluación del 20% que realizó el Banco Central sobre el precio del dólar, que se trasladó a los precios de forma inmediata. En la canasta de alimentos inciden la carne, harina y derivados, frutas, verduras y leche.
Las variaciones de la Canasta Básica Alimentaria y de la Canasta Básica Total resultaron del 125,7% y 123,7%, en términos interanuales, versus una inflación promedio del 113,4% y acumulan en el año incrementos de 66,2% y 63,2%, respectivamente, mientras la suba promedio de los precios fue del 60,2%.
Tanto la indigencia como la pobreza, que se miden en relación a las canastas alimentarias y total, vienen mes a mes y año a año en ascenso. Por ejemplo, en 2020, acumularon una suba del 45,5% y 39,1%%. En 2021, fue del 45,3% y 40,5%. En 2022 del 103,8% y 100.3%- Y a julio 2023 es del 125,7 y 123,7%, interanual.
Con estas cifras, se descuenta que tanto la indigencia como la pobreza siguieron subiendo en el arranque de este segundo trimestre, agravado por el salto que están pegando en la actualidad tras la devaluación del peso, luego que se estima que la pobreza en la primera mitad del año superó el 42%.
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