Una familia tipo porteña (matrimonio y 2 hijos menores) necesitó en julio más de $249.648 para no ser considerada pobre. Representa un incremento del 5,8% en relación a junio. Y más de $384.417 para pertenecer a la clase media. En ambos casos, sin incluir el alquiler.
Por su parte, las cifras de la Dirección de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires marcan que la línea de indigencia para una familia tipo fue en julio de $138.535, con un alza del 5,8% respecto a los $131.333 de junio y del 121,4% con relación a junio 2022 ($61.245).
En los 7 primeros meses de este año, la canasta básica de indigencia porteña -equivalente a la inflación de los sectores más pobres- subió el 66,2 % versus un 62,3% de inflación promedio. Y la línea de pobreza, un 63,2%.
El menor incremento mensual de la canasta de indigencia en julio versus una inflación del 7,3% se explica porque Alimentos y bebidas no alcohólicas promedió una suba de 5,6%. Los principales impulsos provinieron de Pan y cereales (7,3%), Leche, productos lácteos y huevos (6,7%), Carnes y derivados (3,2%) y frutas y verduras 3,5%. Estos últimos tres rubros son de los que más inciden en la canasta alimentaria.
Por su parte, en 12 meses, con excepción de carne y derivados, todos los rubros de alimentos acumulan un alza de tres dígitos. En promedio los aumentos interanuales son del 119,2% que se desagrega en: Pan y cereales con una suba del 118,8%; Carnes y derivados, 95,4%; Pescados, 111,1%; Leche, productos lácteos y huevos, 137,4%; Aceites, mantecas y otras grasas, 108%; Frutas, 153,1%; Verduras, tubérculos y legumbres, 139,6%; Azúcar, 137,9%, Bebidas no alcohólicas, 113,8% y otros alimentos, 109,2%.
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