La economía incomoda al oficialismo y las peleas dividen a la oposición
Los aumentos en los precios de los alimentos y la tensión cambiaria afectan la gestión de Massa al frente de Hacienda, mientras que aparecen gestos de forzada unidad en Juntos por el Cambio, donde afloran contradicciones.
Pese a los esfuerzos del Gobierno por sortear el tema, la actual crisis económica se metió de lleno en la última etapa de la campaña electoral. La escasez de dólares, que obligó al Ejecutivo a recurrir a un crédito puente con Qatar para poder cumplir con los pagos con el FMI, las previsiones de mayor inflación y el debate sobre la pobreza ganan relieve porque, a todas luces, el candidato más competitivo desde hace un año lleva las riendas del Palacio de Hacienda.
Sergio Massa enfrenta mayores desafíos. En las PASO debe impedir que los duros del peronismo se inclinen por Grabois con un discurso “fuerte”. Pero después debe salir a buscar el voto de las clases medias urbanas, que hasta ahora se inclinaron por quienes asumieron actitudes que reflejaban moderación.
Si bien la base del discurso electoral de Unión por la Patria en estas semanas es contrastar con la propuesta de ajuste y “quita de derechos” que le adjudica a Juntos por el Cambio, lo cierto es que la crisis económica en el país desde hace más de diez años, se agudizó este año. Es que aun cuando las estadísticas dan cuenta de un valor récord en el nivel de empleo, los números también reflejan el crecimiento de la pobreza y de la indigencia en vastas zonas del país de acuerdo a una primera lectura de la Encuesta Permanente de Hogares, datos que el Indec recién oficializará en septiembre próximo.
Analistas del oficialismo reconocen que, por ejemplo, no se puede recuperar el poder adquisitivo en provincias como Entre Ríos o San Juan, prácticamente con registros de pleno empleo, porque los salarios siguen corriendo desde atrás de los precios. Esa encerrona es la que torna poco eficaz el discurso oficial que ensalza el crecimiento récord del trabajo industrial.
“El mayor desafío es qué hacer con ese 40% de informales que conforman la masa laboral”, se sinceró en la semana un jefe sindical que forma parte de la organización del acto del próximo martes en el estadio “Direct TV Arena” de Malvinas Argentinas, que tendrá al líder del Frente Renovador como principal orador.
Cuestionamientos
En la CGT cuestionan al ministro Wado de Pedro (Interior), en teoría jefe de campaña, por no haber podido “ordenar” la actividad proselitista del presidenciable que incluyó su accidentado paso por la Docta.
Mientras su rival interno Juan Grabois se muestra con dirigentes del kirchnerismo de “paladar negro”, el líder del FR recibe a cuentagotas un apoyo mayoritario de este sector. A cinco días del inicio de la veda electoral, aún no se sabe dónde realizará el acto de cierre de campaña –si en Provincia, como se especulaba, o en el interior- y si será acompañado por Cristina.
Tras varias semanas de bajo perfil, la Vicepresidenta reapareció el pasado jueves en un encuentro de alto contenido político en el Senado al recibir al intendente Fernando Espinoza, quien mantiene una dura disputa con el Movimiento Evita por el control de La Matanza. En los últimos días se conocieron relevamientos que darían cuenta de una sorpresiva paridad con Patricia Cubría, la postulante que lo desafía en la primaria de un distrito que durante años se conoció como el “corazón del kirchnerismo”.
Fuerte tensión
La tensión en el principal armado opositor continúa –la decisión de María Eugenia Vidal de hacer público su apoyo al alcalde porteño generó una dura réplica de los denominados “halcones del PRO”- pero en los últimos días pareció aplacarse conforme la cercanía de la fecha de votación. Si bien Mauricio Macri ha dado un respaldo tácito a la exministra de Seguridad, fue uno de los impulsores de este impasse en la confrontación interna.
Mañana habrá una “foto de familia” del “partido amarillo” con la excusa del cierre de campaña de Jorge Macri, quien mantiene una dura disputa con el radical Martín Lousteau. El acuerdo político que Larreta anudó con un sector del centenario partido lo obliga a buscar un equilibrio en esta competencia. Ello le valió el reproche del ala dura de su espacio.
Pese a la resistencia de Bullrich, finalmente la noche del domingo 13 de agosto la encontrará compartiendo un mismo búnker con su rival interno. El objetivo es aventar los fantasmas de una eventual ruptura en Juntos por el Cambio tras la realización de las primarias. Es que desde antes del inicio de la etapa proselitista ambos presidenciables se dirigieron a electorados sustancialmente diferentes. El riesgo a que haya una migración de votantes de alguna de las dos fórmulas presidenciales de Juntos por el Cambio en las generales del 22 de octubre preocupa a ambos sectores por igual.
Es en este contexto que resultará todo un desafío preservar la amalgama que mantiene unido a Juntos por el Cambio rumbo a las elecciones generales. El libertario Javier Milei dejó de lado los guiños a la precandidata presidencial y busca restarle votos “por derecha” ante su aparente caída en los sondeos de opinión.
Los resultados de las PASO seguramente obligarán, tanto al oficialismo como al principal armado opositor, a recalibrar sus estrategias de campaña. Si en el massismo ya ensayan un giro al centro en el futuro discurso de Unión por la Patria, en Juntos por el Cambio cualquier rearmado de la comunicación electoral dependerá de cuál de los presidenciables resulte ganador de las PASO.