El Gobierno entró en estado de ebullición ayer después de conocer que la Corte Suprema había suspendido las elecciones en Tucumán y San Juan cinco días antes de los comicios, para investigar los cuestionamientos que presentó Juntos por el Cambio contra las candidaturas de los actuales mandatarios provinciales, Juan Manzur y Sergio Uñac. En la Casa Rosada condenaron la decisión del máximo tribunal, con el que mantienen una relación extremadamente conflictiva, y lo acusaron de connivencia con la oposición.
“En una clara intromisión en el proceso democrático y la autonomía de las provincias, la Corte Suprema se alineó hoy con la oposición para anticiparse a lo que se preveía como posibles triunfos del peronismo en las provincias de San Juan y Tucumán el próximo domingo”, expresó la Presidencia a través de un comunicado emitido tres horas después de conocido el fallo que puso en alerta al grueso del oficialismo, especialmente en el interior del país.
En el texto, Alberto Fernández cuestionó especialmente a Mauricio Macri por hablar de manera “despectiva” sobre el interior (el expresidente se refirió ayer a las provincias como “feudos” que “no son representativos”, tras las elecciones en Jujuy, La Rioja y Misiones), y aseguró que sus declaraciones fueron “un anticipo del fallo”. El jefe de Estado también expresó su apoyo a ambos gobernadores por lo que calificó como un “nuevo atropello” y adelantó: “Vamos a acompañar a las provincias en sus reclamos democráticos”. Aunque, por ahora, desde los distritos no informaron de qué manera procederán ante la decisión judicial.
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