Los aumentos de la carne vacuna fueron inferiores a los de la inflación general durante enero, ya que variaron un 4,4% frente a un 6% del índice de precios, que llegó al 6,8% en el caso de “alimentos y bebidas no alcohólicas”, según informó el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC).
Pero, según revela un informe del IERAL de la Fundación Mediterránea, el precio de la carne trepó en las últimas semanas un 30% en promedio, mientras que el precio de la hacienda lleva una suba del 50% en lo que va del año. Ese 20% de diferencial podría abrir la puerta a mayores subas, dado que, históricamente, ambos valores tienden a equilibrarse.
Por lo tanto, la carne no influyó en la mayor inflación del primer mes del año y el repunte del valor de la hacienda de las últimas semanas recién impactará en la estadística de febrero. Así lo analizó el economista jefe del Instituto de Estudios de la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de la Fundación Mediterránea, Juan Manuel Garzón.
El dato de la inflación se conoció el pasado martes, luego de que el Gobierno lanzara “Precios Justos Carne”, con diversas medidas para enfrentar la suba de este alimento que se dio en los últimos días.
El abanico de anuncios incluyó un acuerdo con exportadores para aumentar la oferta de 7 cortes a precios diferenciales en grandes superficies comerciales, con un flujo total estimado de 15.000 toneladas mensuales, hasta el reintegro del 10% de las compras de carnes realizadas con tarjetas de débito, además de otras acciones que apuntan a incentivar la oferta de los feedlots.
“Será el índice de precios de febrero el que capture la suba de precios observada en las últimas semanas de enero y las primeras de febrero en los precios de la carne; y es justamente esta inflación de las últimas semanas la que explica el lanzamiento por parte del Gobierno de un programa de contención de precios, que, dicho sea de paso, luce a bastante poco”, afirmó Garzón.
Precios contra países vecinos
Para tener idea de la magnitud, de acuerdo a relevamientos en supermercados, la carne bovina habría subido un 30% entre la tercera semana de enero y lo que va de febrero, mientras que la hacienda lleva un acumulado del 50% en lo que va del año, según ejemplificó.
La medición realizada en la tercera semana de enero de 2023 reveló que el precio promedio de una canasta de 8 cortes de calidad media/alta en Argentina era de $1.780 por kilogramo. Sin embargo, en el relevamiento realizado en la primera semana de febrero, este precio había aumentado a $2.267 por kilogramo, representando un alza del 27,3%.
En comparación, los mismos cortes tenían un promedio de $2.009 por kilogramo en Brasil, $2.606 por kilogramo en Uruguay y $2.893 por kilogramo en Chile. Se revisaron los valores al inicio de febrero y se encontró que no había ocurrido un cambio significativo que justificara un nuevo relevamiento para estos tres países.
Los últimos precios disponibles en tiendas on line de supermercados revelan que el país sigue teniendo carne bovina más barata que Uruguay y Chile y que se estaría ubicando un 10%-12% por encima de Brasil, país que, debe recordarse, es líder exportador mundial y probablemente sea el de mayor competitividad (menores costos) en materia de precios de hacienda y carne bovina.
Garzón puntualizó que los precios, tanto de la hacienda como de la carne, están “recuperando lo perdido” en el segundo semestre del 2022 y volviendo a valores que son, en perspectiva histórica, elevados, superiores a los promedios”, consideró.
Sobre eso, acotó: “Resulta difícil y arriesgado pronosticar cuánto carretel más le queda a este reacomodamiento de precios de la carne. Un dato no menor es que hasta el momento han crecido más los precios de la hacienda que los de la carne, y la historia muestra que en algún momento esos ajustes se nivelan”.
Por otro lado, Garzón comentó que, tomando la primera semana de febrero, los valores de carne bovina en supermercados de Argentina se ubicaban entre 10% y 15% por debajo de los que hay en Uruguay en cortes similares, cuando “históricamente nuestros precios no han estado muy lejanos a los de nuestro vecino”.
En ese sentido, resaltó que la dinámica de las cotizaciones depende de la respuesta de varios actores, como productores, exportadores y consumidores.
“Por caso, para los exportadores, los nuevos precios de hacienda y las mayores exigencias que seguramente creará el Gobierno deterioran el negocio; la evolución de los envíos al exterior será una de las variables claves para los precios internos”, evaluó. También opinó que los consumidores, por su parte, “sentirán el impacto. Algunos ajustarán su consumo de carne, los menos reactivos ajustarán consumos de otros bienes”.
“La segunda quincena de febrero y todo marzo son complicados para la economía de las familias. El inicio de clases genera gastos estacionales que dejan menos margen para consumos habituales. En ese contexto, es de esperar que haya más resistencias a subas de precios de productos varios, entre ellos, de la carne”, argumentó.
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