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La falta de conducción replica las tensiones internas en el Frente de Todos y en Juntos
PANORAMA POLÍTICO NACIONAL

La falta de conducción replica las tensiones internas en el Frente de Todos y en Juntos

La proximidad de los tiempos electorales pone en debate al oficialismo y a la coalición opositora. Macri intenta torcer hacia “la derecha” el rumbo del armado opositor, mientras la UCR le pone límites y busca fortalecerse como opción de poder.

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“Es un tiempo de incertidumbre parecido al 2002, que puede preanunciar para el año próximo una elección dividida en tres o cuatro fórmulas que se repartan los votos sin grandes ventajas, como sucedió en 2003”, conjetura un dirigente del peronismo bonaerense que supo trajinar varias campañas.

Explica, de algún modo, la actual crisis de conducción que atraviesan las dos grandes coaliciones en el país y que abre un impreciso panorama rumbo a la definición de candidaturas y a la continuidad misma de ambos espacios rumbo a 2023.

Para el Frente de Todos, con una economía que sufre los vaivenes de una inflación descontrolada, el mayor peligro para la “unidad” ya no es no haber cumplido con la consigna de 2019 de volver a “llenar la heladera” de los argentinos. Son las diferencias políticas. Y en el kirchnerismo aducen que se vinculan con la decisión de “Alberto de no cumplir con los designios” de Cristina Kirchner, tal como se había comprometido en 2019.

También hay un silencioso desafío a la Vice que no sólo responde a los planteos de la CGT y de los movimientos sociales por encontrar lugares en las listas de candidatos. Hay un cuestionamiento a su rol como estratega y también un recelo al intento del kirchnerismo de resguardarse en la Provincia, ante el temor de una derrota a nivel nacional en los comicios del año entrante.

En el corto plazo parece imposible el armado de una mesa política que permita zanjar las divergencias en el armado oficialista. Alberto Fernández volvió a rechazar la propuesta que, en este caso, le hizo “Juanchi” Zabaleta en un reciente asado que tuvo lugar en Hurlingham. “No voy más al pie” de la Vice disparó.

Pero en el “albertismo residual”, con todo, son pocos los que creen que el jefe de Estado está decidido a disputar poder con la Vice. “Ya le pasó el tren”, grafican. Sí tendría poder de “veto”, el mismo que ejerció la ex presidenta a lo largo del mandato, por ejemplo, con los “funcionarios que no funcionan”.

La elección en Brasil

Tanto en el Instituto Patria como en la Casa Rosada esperan hoy un triunfo de Lula en Brasil. El líder del PT hizo campaña sin hacer referencia a la ex presidenta: en el vecino país cada uno de los ex presidentes de la llamada “Patria Grande” carga con la mácula de las denuncias de corrupción que acumularon durante años. Es lo que le ha permitido a Jair Bolsonaro mostrarse competitivo hasta último momento y, merced a los resultados de la primera vuelta, contar con la primera minoría en el parlamento del vecino país.

Sergio Massa, por su parte, se centra en su intento por edificarse como “un normalizador” de la economía con los límites claros que le impone una inflación que dispara cierres paritarios por encima del 100 por ciento y empuja a la pobreza a miles de trabajadores que se encuentran fuera de cualquier convenio. Las colas en las oficinas de la Anses que se observaron en la semana de parte de cientos de personas que buscaban cobrar el denominado IFE 5 -$45 mil divididos entre noviembre y diciembre- dan cuenta del complejo panorama que atraviesa el país.

Pero el pacto entre Cristina y Massa por ahora evita una mayor escalada dentro del oficialismo. Sin embargo, la Vice volvió a agitar el avispero por la suba en las prepagas que pareció una advertencia tanto al timonel de economía como a un aliado, el co-secretario cegetista Héctor Daer, que está por cerrar la paritaria de Sanidad que luego es tenida en cuenta para calcular las cuotas de la medicina privada.

Diferencias en Juntos por el Cambio

La votación de la ley de leyes hizo emerger nuevamente las diferencias en el seno de JxC. Las diferencias entre el PRO y la UCR, que dio quorum y votó a favor del proyecto, resultaron notables.

Pero también hacia dentro de cada espacio hay tensiones indisimulables. El “giro a la derecha” que Mauricio Macri y Patricia Bullrich estarían dando al partido amarillo tensionan con armado que viene diagramando Horacio Rodríguez Larreta en su carrera hacia Balcarce 50.

La foto de la líder del PRO con Jorge Macri, bendiciendo su candidatura a jefe de Gobierno porteño, buscó impactar en la alianza del alcalde porteño con el radical Martín Lousteau.

Pero este entendimiento pareció confirmarse en medio de la víspera durante la conmemoración del 39º aniversario del triunfo de Raúl Alfonsín en las presidenciales de 1983, que sirvió al centenario partido para dar una foto de unidad –faltó Facundo Manes con agenda en España-, y una defensa de las banderas del espacio.

Es que tanto Larreta como su candidato a gobernador bonaerense, Diego Santilli, participaron del encuentro de Costa Salguero en el que el economista reafirmó su pretensión de sucederlo en la Ciudad de Buenos Aires.

Fuertes mensajes

Tanto Lousteau como Gerardo Morales, que cerraron el encuentro, dedicaron fuertes mensajes contra Macri y los “halcones del PRO” que, a su entender, ponen en riesgo la continuidad de la alianza opositora. “Tenemos liderazgo y eso no es creer que somos el mejor equipo de los últimos 50 años”, disparó el gobernador jujeño al recordar una de las frases que pronunciaba el ex presidente durante la gestión de Cambiemos.

En el armado opositor, si bien perciben que tienen grandes chances de ganar en 2023 por la mala performance del Gobierno, hay sospechas cruzadas.

Un sector del radicalismo considera que el protagonismo de Macri sería el preámbulo del lanzamiento de su propia candidatura presidencial que, a la postre, dejaría a JxC al borde la ruptura. Un sector del partido amarillo, en tanto, le apunta a Manes y a su intento por “ampliar” la coalición con gestos, por caso, hacia el gobernador cordobés Juan Schiaretti. Todo se trata, en última instancia, de una falta de conducción clara en la coalición opositora.

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