Inflación y tipo de cambio, los principales desafíos del plan Massa
Massa buscará bajar con fuerza el déficit fiscal en el último cuatrimestre del año, a través de recortes de subsidios a la energía.
La inflación del 7,4% en julio representa una señal de alerta para los planes de Sergio Massa, quien busca recuperar la confianza de los mercados con una reducción del déficit fiscal inédita durante gobiernos de perfil kirchnerista.
El ministro de Economía abrió además un canal de diálogo con la Mesa de Enlace, cuyos dirigentes salieron a ponderar las intenciones de la nueva gestión en materia de Agricultura, lo cual también constituye un dato sin precedentes para administraciones donde Cristina Kirchner ejerce influencia.
Massa buscará bajar con fuerza el déficit fiscal en el último cuatrimestre del año, a través de recortes de subsidios a la energía.
Por subsidios en las distintas áreas se fueron al menos $ 2,1 billones en los primeros siete meses del año, lo cual pega en la línea de flotación de las cuentas públicas.
Con ese escenario, el ministro de Economía llegará en la última semana de agosto a Estados Unidos, en un intento por obtener respaldo del Tesoro norteamericano, el FMI y bancos internacionales que podrían prestarle plata a la Argentina para fortalecer las reservas.
En Estados Unidos le preguntarán a Massa sobre la influencia de Cristina Kirchner en el Gobierno.
Habrá que ver qué responde el jefe del Palacio de Hacienda, que tiene contactos tanto en el partido Republicano como con los Demócratas.
La jefa del FMI, Kristalina Georgieva, ya le dio la bienvenida a través de una carta, en la cual dijo que esperan trabajar juntos en favor de la Argentina.
La necesidad de consolidar las cuentas públicas, reducir la emisión y bajar el endeudamiento constituye una de las claves para comenzar a estabilizar la economía.
El dato clave que deja la designación de Massa y las medidas anunciadas es que la política finalmente parece haberse alineado detrás de tal objetivo.
Más allá del cumplimiento de la meta acordada con el FMI, la decisión de no solicitar Adelantos Transitorios en lo que resta de 2022 implica que el margen para los desvíos expansivos es incluso más acotado que antes.
El refinanciamiento de $ 2 billones en deuda obtenido por Massa indica que el mercado está dispuesto a prestar si enfrente aparece un plan razonable.
Por eso comenzar a mostrar resultados contundentes será crucial para sostener ese crédito y no cortar el financiamiento en pesos, que se constituye como la principal fuente que cierra las necesidades de financiamiento en moneda local.
La principal duda es si las autoridades están dispuestas a asumir los costos que trae aparejado un ajuste fiscal en la previa de un año electoral.
Las cuentas públicas
El primer semestre estuvo marcado por una política fiscal más expansiva que la esbozada originalmente en el programa con el FMI.
Pese a que los ingresos crecieron casi 10% en términos reales (excluyendo el Aporte Solidario en 2021), el Gasto Primario trepó por encima del 11%.
Se destacó la dinámica de los subsidios y las prestaciones sociales, que en conjunto explicaron el 70% de su crecimiento.
En materia de subsidios, la fuerte suba en los precios internacionales de la energía (producto de la guerra entre Rusia y Ucrania) y la continua postergación en la implementación de la segmentación de tarifas generaron un crecimiento real de casi el 20%.
Por el lado del gasto social, el crecimiento real del 10% se encuentra en buena parte explicado por el crecimiento de la fórmula de movilidad (+0,4% en el primer semestre), a lo que se sumó el refuerzo de ingresos que se concedió en el segundo trimestre.
El BCRA tiene pocas reservas netas y la pregunta es cómo consigue dólares y para qué. ¿Los obtiene para aumentar reservas o seguir vendiendo dólares baratos?
El aumento de las tarifas de los servicios públicos todavía no está implemento, y cuando sea será en forma gradual.
El ahorro, calculan especialistas, sobre la suba de tarifas de este año ronda los $115.000 millones. El problema es que una semana después el Gobierno dio un bono a jubilados de $120.000 millones.
Para los analistas, el ajuste fiscal en la segunda parte del año va a estar dado por el aceleramiento de la inflación y alguna contención del gasto, pero advierten que eso sólo no lleva a una estabilización.
Es que si bien el BCRA subió la tasa de interés fuerte, hay distintos elementos financieros que no terminan de encuadrarse, como los rendimientos de la Leliq que rondan el 5,8% mensual, por debajo de la inflación.
Así, la tasa de interés no corre por arriba de la inflación, por lo cual no es lo suficientemente alta para hacer un programa de estabilización. El problema sigue siendo que sobran pesos y faltan dólares.
Pero el principal problema de la economía, según coinciden todos los analistas, se llama "brecha cambiaria".
Es que, si el dólar marginal vale 300, el principal incentivo es ir a comprar todas las divisas oficiales que se puedan.
Las importaciones rondan los 8.000 millones de dólares y se calcula que la mitad se termina convirtiendo en un subsidio, mientras el exportador recibe la mitad del precio.
Si esa lógica persiste, la pregunta que se formulan los economistas es en qué momento habrá que devaluar, el infierno tan temido por la alianza gobernante.