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PANORAMA NACIONAL

Inflación y falta de dólares, las causas que desafían la nueva tregua del Gobierno

El temor al abismo económico calmó las aguas del FdT. Con un presidente debilitado, esperan que el ministro de Economía logre frenar los precios y fortalecer las alicaídas reservas del Banco Central.

Si bien la llegada de Sergio Massa al Ejecutivo reordenó al oficialismo, el tablero en el que conviven las distintas tribus del Frente de Todos es frágil -prueba de ello son el silencio “incómodo” del kirchnerismo frente al ajuste y el malestar de las organizaciones sociales por la auditoría de los planes- y sólo evitará resquebrarse si la nueva gestión del Palacio de Hacienda logra domar a una inflación que será récord en 2022 y estabilizar las variables macro para, así, dar cumplimiento al acuerdo con el FMI.

“La cohesión política es fundamental para la economía. Pero esto es día a día. Y si todo saliera bien, no sabemos si alcanza para ganar en 2023”, se sinceró un intendente del Gran Buenos Aires que observa a la “pax” inaugurada en agosto como una consecuencia del forzado ordenamiento que se dio el oficialismo luego de la crisis cambiaria devenida por la renuncia de Martín Guzmán.

Hay en marcha un achicamiento del gasto, al menos, en lo declamativo. Y el ministro de Economía le imprimió un ritmo más veloz a la gestión, pero igual se enfrenta al histórico loteo del Gabinete y a las dificultades con las que se vienen manejando las cuentas públicas desde comienzos de mandato.

Postergación en tarifas

Nuevamente se postergó la oficialización de la segmentación de tarifas para esta semana: el nuevo cuadro tendrá en cuenta, además de los topes al consumo para promover el ahorro energético, las zonas geográficas. Los especialistas alertan que la quita de subsidios, con todo, no resultará significativa por el aumento de costos y la propia dinámica inflacionaria. 

Se trata de gestos hacia el mercado, como también lo fue la presentación del pasado miércoles de las obras del gasoducto de Vaca Muerta que, esta vez juntó al Presidente y a Massa a contramano de un acto celebrado el día anterior en Lomas de Zamora. Es que el ducto recién llegaría al nodo de Salliqueló en 2024, por lo que el año próximo también habría que gastar una fortuna en la importación de energía. La factura del corriente, que explica el permanente drenaje de las arcas del Banco Central, superaría cómodamente los U$S 10 mil millones.

Más allá del aumento en los combustibles devenido de la guerra en Ucrania, el Gobierno demoró la construcción del ducto producto de su propia interna y, en un nuevo error autoinflingido, adelantó las paradas técnicas de yacimientos como el de la Cuenca austral que no tuvieron en cuenta el cambio en el contexto internacional.

El agro y los verdes

La falta de dólares y la disparada inflacionaria son los problemas más acuciantes que hoy debe afrontar el oficialismo. Hay en marcha un acercamiento de Economía con la Mesa de Enlace para intentar apurar la liquidación de la cosecha almacenada en silobolsas. El problema, como en todo lo que rodea al oficialismo, son las inconsistencias que ha decantado la zigzagueante administración del FdT. 

Una brecha cambiaria superior al 100% no resulta seductora para que los productores vendan sus granos y permitan hacerse de esos dólares al Central. La suba de tasas en casi 10 puntos resultó una medida desesperada para intentar reducir las cotizaciones alternativas del dólar. Una receta ortodoxa parecida a la aplicada por los funcionarios macristas tras la segunda devaluación de 2018 que, a la postre, tampoco evitó el descalabro de aquel modelo.

También la auditoría sobre los planes sociales que comenzarán a realizar en los próximos días las universidades nacionales tiene como objetivo cimentar la idea que está en marcha una progresiva reducción del déficit fiscal. Pero nadie considera que haya una disminución sustancial de 1.300.000 beneficiarios en el corto plazo. Sí los movimientos se quejan por la creciente “estigmatización” de la que son blanco desde la andanada de críticas que les dedicó Cristina Kirchner hace casi dos meses. Para Gildo Onorato, secretario gremial de la UTEP, las agrupaciones acuerdan con la revisión en marcha pero reclaman “que para que el Potenciar Trabajo tenga la mayor transparencia posible” se replique también a los municipios, gobernaciones e iglesias que ejecutan el programa.

La marcha

Lo cierto es que los dirigentes sociales ya anunciaron que se sumarán a la marcha del 17 de agosto al Congreso que organiza la CGT. No será, ciertamente, de apoyo al Gobierno sino más bien una interpelación a “toda la clase política” sumándose a los sectores que impugnan a toda la dirigencia de los partidos pero exonerándose a ellos mismos y a otros factores de poder por su responsabilidad por la inflación que ya corre al 80% anual y hace que el poder adquisitivo se escurra como agua de entre las manos.

Pese a su silencio estratégico frente al ajuste fiscal, el kirchnerismo presentó en el Senado un proyecto para establecer un ingreso contra la indigencia. Con un costo de casi un 1% del PBI, va a contramano del sendero que intenta impulsar Economía. Los próximos 60 días serán fundamentales para ver hasta cuándo durará la tregua en el oficialismo: en el fondo, Cristina Kirchner tiene otra receta para salir de la crisis: impulso a la demanda y fortalecimiento de las reservas. A un año de las elecciones nacionales, el reloj de arena electoral ya comenzó a moverse. “Quedan cuatro meses y ya comenzamos a debatir las elecciones. Lo que queda claro, es que La Cámpora no podrá cerrarse en el armado de listas como pasó en 2021. Ahora llegará, como todos, en un momento de debilidad”, cerró el jefe comunal consultado.

El dato

Una brecha cambiaria superior al 100% no resulta seductora para que los productores vendan sus granos y permitan hacerse de esos dólares al Central.