Rusia suspendió ayer sábado el envío de gas a Letonia, en el marco de su disputa de sanciones con Europa por la invasión a Ucrania, mientras que en el terreno continuaron los bombardeos y las acusaciones cruzadas por el ataque a una cárcel que albergaba prisioneros de guerra ucranianos.
El gigante estatal ruso Gazprom anunció que detuvo el suministro hacia Letonia "por la violación de las condiciones de despacho del gas", según un mensaje de la empresa en Telegram citado por la agencia de noticias Sputnik.
El viernes, la firma letona Latvijas Gaze, uno de los mayores distribuidores del gas natural en el Báltico, anunció que había reanudado las compras de ese hidrocarburo en Rusia, pero a un proveedor diferente y con pagos hechos en euros y no en rublos.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, exigió a finales de marzo que los "países hostiles" paguen por el gas en rublos, bajo el argumento que las sanciones occidentales congelaron los activos rusos en divisas extranjeras, en una decisión que la Unión Europea (UE) denunció como "chantaje".
Gazprom redujo esta semana su suministro de gas a Europa a través del gasoducto Nord Stream, alegando labores de mantenimiento en una turbina. El gigante ruso ya había recortado en dos ocasiones en junio el volumen de sus entregas, invocando la ausencia de una turbina que estaba siendo reparada en Canadá y que no le fue devuelta debido a las sanciones impuestas contra Rusia por la invasión de Ucrania lanzada el 24 de febrero. Alemania y Canadá acordaron devolver la turbina a Rusia, pero aún no fue enviada.
Los países occidentales acusan a Rusia de utilizar los recortes de gas como represalia por las sanciones adoptadas en su contra. Sin embargo, el Kremlin asegura que las sanciones son las que causaron los problemas técnicos de la infraestructura gasífera y que los europeos están sufriendo las consecuencias de las medidas que impusieron a Moscú.
Por otro lado, Rusia responsabilizó directamente al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, y al gobierno de Estados Unidos por el ataque a una cárcel que alojaba prisioneros de guerra ucranianos ubicada en Donetsk y cifró en 50 el total de muertos.
"Toda la responsabilidad política, criminal y moral por la sangrienta masacre contra los ucranianos recae personalmente en Zelenski, su régimen criminal y Washington apoyándolos", indicó el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov, citado por la agencia de noticias Interfax.
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