Precios Cuidados, la casa de naipes que arman el Gobierno y las empresas
El nuevo Secretario de Comercio interior impulsa una reducción de los productos que componen la canasta oficial y evalúa permitir subas de precios más cercanas a la evolución de la inflación.
Tras las reuniones que mantuvo con empresas alimenticias y cadenas de supermercados durante la semana que finaliza, Guillermo Hang se concentrará en reformular Precios Cuidados.
El reemplazante de Roberto Feletti en la Secretaría de Comercio Interior comenzará a partir del próximo lunes 13 de junio a estudiar una serie de cambios que quiere implementar en el programa oficial con el que se controlan los precios de alrededor de 1.350 productos alimenticios. El objetivo ahora será mantener reuniones individuales con todas las empresas productoras para mejorar el abastecimiento, asegurar las entregas, negociar la pauta de subas y probablemente reducir la cantidad de ítems que componen la canasta oficial.
Hang busca trabajar con productores y comercializadores sobre un armado que las fuentes oficiales bautizaron como el plan de "Precios Sostenidos"; con el que se intentará dar continuación a "Precios Cuidados"; a partir de políticas más consensuadas y no de imposición como vino sosteniendo Feletti hasta su renuncia. Es decir, abandonar la política de amenazas que solía usar Feletti para frenar las subas y que no sólo no sirvió para controlar la inflación sino que además fue creando un clima de grieta constante con los hombres de negocios. El funcionario quiere llegar al 7 de julio próximo, cuando debe renovarse el programa por otro trimestre, con un esquema mejorado que, a la vez, le permita diferenciarse de la gestión de su antecesor en el cargo.
Por eso y si bien avisó que no habrá retoques anticipados en los precios, admitió que para el próximo trimestre podría autorizar aumentos más cercanos a los índices de inflación que el Indec viene informando mensualmente. También propuso reducir la cantidad de productos y marcas que componen Precios Cuidados para, de esa forma, agilizar el proceso de abastecimiento y permitir a las empresas una mayor producción. Es decir, buscará darle impronta propia al programa, revisando la canasta de productos, analizando la conveniencia de mantener o reducir su cantidad o de excluir artículos que no sean indispensables.
La idea surgió luego de los encuentros que Hang mantuvo con la mayoría de las alimenticias que participan del programa oficial como Danone; Molinos Río de la Plata; Unilever; Arcor; AGD; P&G; Bimbo; Ledesma; Mondelez; Quilmes; Coca Cola; Pepsi; Mastellone y Danone, entre otras.
Si bien el foco de las reuniones estuvo en la presentación formal de Hang como el nuevo Secretario de Comercio Interior, se coincidió en la necesidad de agilizar el programa con medidas que permitan acercar los precios al verdadero impacto de la inflación y a terminar con los faltantes en góndolas. En el primer caso, las empresas le advirtieron al funcionario que muchos productos tienen sus precios retrasados frente al constante aumento del costo de vida y por lo tanto deben ser revisados con una pauta mayor a la que se permitió en la anterior revisión de abril pasado.
Según cálculos del sector privado, en el primer trimestre Comercio Interior autorizó subas promedio de 2% mensual con un acumulado del 6% para el período mientras que la inflación oficial fue del 16,1% en el mismo lapso. Si bien esa suba estuvo por encima de último trimestre del 2021, que había
alcanzado el 2%, se mantuvo por detrás de la inflación acumulada en los primeros meses del 2022.
Las empresas vienen reclamando actualizaciones mayores, incluso desde antes de la escalada de los precios internacionales, por entender que las autorizaciones permitidas por el Gobierno no alcanzan para cubrir el constante aumento de los gastos, afectados por las negociaciones paritarias y las subas de insumos y de la logística. De hecho, aseguran que algunos productos acumulan retrasos del 20% en sus precios, por lo cual reclaman que para el trimestre julio-septiembre se permitan retoques más cercanos a la realidad económica.
Por eso reclamaron que se permita una "ventana" de actualización de precios para los productos que quedaron más desfasados con la inflación para garantizar su abastecimiento.
Hang prometió estudiar el pedido, aunque no se comprometió a darle solución teniendo en cuenta que su estrategia es mantener la canasta oficial con precios marcadamente inferiores a los productos que se comercializan de forma separada. Para el funcionario, más que un problema de retraso en los precios, el principal obstáculo se vincula a la falta de abastecimiento del programa que tenía un nivel de cumplimiento del 75% que ahora se redujo al 65%, es decir, unos 10 puntos menos.
Las empresas aseguran cumplir con los pedidos pero advierten que por la diferencia de precios con el resto de los productos que no están incluidos en Precios Cuidados, la oferta se agota rápidamente.
En ese sentido y con el objetivo de aliviar en parte esos problemas de retrasos, Hang estudia dejar afuera de Precios Cuidados a productos que no sean considerados de primera necesidad y que actualmente se encuentren mal abastecidos. Su mirada está puesta precisamente en que las empresas se enfoquen en incrementar la producción de los artículos con mayor demanda para asegurar que las góndolas de los supermercados no evidencien faltantes, como ha venido sucediendo. El objetivo es establecer una especie de "fin del ciclo" a estas disputas sobre el programa que controla el organismo oficial que pasó a depender del Ministerio de Economía.
Por eso mantiene un profundo análisis sobre las expectativas inflacionarias que se esperan en el sector para luego ir definiendo un esquema de aumentos de precios menos inflexible que el anterior.
Otro cambio que podría encarar Hang tiene que ver con la continuidad de los programas de precios lanzados para los almacenes de barrio o locales de
cercanía.
Tanto en el Gobierno como en las empresas entienden que hasta ahora no han venido funcionando porque se torna complicado su control y aplicación a partir de los problemas derivados de la intermediación que evidencian estas canastas entre productores, comercios, mayoristas y distribuidores.
El funcionario admite la posibilidad de reemplazar estos programas por acuerdos de precios puntuales que se negociarían con municipios y provincias. También se encuentra evaluando los problemas que sufre el sector de alimentos y bebidas por las importaciones, en especial de las materias primas necesarias para abastecer la producción local.
En ese sentido, se comprometió a mantener encuentros específicos con representantes de esta industria para escuchar y analizar la situación derivada de los cepos impuestos por el Gobierno al ingreso y salida de divisas extranjeras y al incremento de precios internacionales de los comodities a partir de la invasión rusa a Ucrania.
De todos modos, pidió a las empresas que financien con dólares propios la compra de insumos en el exterior porque la situación de liquidez del Estado amerita que se mantengan las normas.