La suba de retenciones al campo sigue firme en el radar del Frente de Todos (FdT). Dos días después de que el presidente, Alberto Fernández, las defendiera como “el instrumento con el que (en un contexto inflacionario) más fácilmente se desacoplan los precios internos de los internacionales”, ayer fue el jefe del bloque de diputados del oficialismo, Germán Martínez, quien advirtió que se “necesita una discusión” en el Congreso para poder “incrementar” el impuesto a la agroexportación.
De esa manera coincidió con el mandatario, que el viernes había pedido el respaldo del Parlamento para avanzar con la medida: “Las retenciones son un tema legislativo -aclaró- y necesito que el Congreso entienda el problema y llegado el caso acompañe”. Más tarde, y en un intento por llevar calma al sector, el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, negó una suba del gravamen que ya es del 33% para la harina y la soja y del 12% en el trigo y el maíz.
Es curioso el caso del campo, un sector clave para la economía del país, que en el primer cuatrimestre liquidó 11.098 millones de dólares (un 13,76% más que en igual período de 2021); que el año pasado aportó 77.235 millones de dólares a la riqueza del país y representó el 24% del producto bruto interno (PBI), además de posicionarse como líder exportador, con el 69,7% de las ventas.
Pero que también está a la cabeza de otro ranking: es sobre el que más impuestos recaen. En retenciones, tributos generales y especiales, el Estado se queda con el 65% de la renta del campo. De cada $100 que genera una hectárea de los cultivos de soja, maíz, trigo y girasol, unos $64,9 terminan en manos de los gobiernos nacional, provincial o municipal, según un informe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (Fada).
Nada más las retenciones implican cerca del 15% de la recaudación, agregaron en la consultora EcoGo. En este contexto, la Sociedad Rural inició meses atrás una causa judicial en Córdoba contra las retenciones al considerar que la herramienta carece de sustento legal. Incluso el último aumento del 31% al 33% para la harina y la soja establecido en marzo.
Por impacto
No obstante, el Presidente volvió a instalar el debate al defender la herramienta como un ancla contra la inflación y con la que “más fácilmente” se desacoplan los precios internos. Algo que distintos especialistas ponen en duda. Pues consideran que un incremento del gravamen tendría un impacto “insignificante” sobre el precio final de los productos que llegan a la mesa de los argentinos, pero generaría un “desincentivo” a la hora de producir y exportar.
Los precios “están desacoplados por los derechos de exportación y la brecha cambiaria”, advirtió el economista de Fada, David Miazzo, y explicó que “el trigo ya tributa el 12% por lo que ya es con ese porcentaje más barato que en Uruguay y Brasil. Es decir, que hay un desacople por esa vía”, indicó. En tanto que al productor argentino “al cereal se lo pagan a un dólar de $120. Eso y el 12% [de retenciones] es menos de $100 en dólares, cuando el dólar realmente está en $200”, aseguró.
Miazzo explicó que en el caso del pan representa el 13% del valor final, es decir, que si aumentara el derecho de exportación 10 puntos, del 12 al 22%, el impacto que va a tener sobre su valor va a ser del 1,3%: “Es una semana de inflación siendo que, por ejemplo, para mayo se espera una inflación del 5%”, subrayó y que “algo parecido pasa con los fideos, mientras que en el resto de los productos farináceos, con mayor valor agregado, la participación del trigo es aún más baja”.
También Juan Manuel Garzón, economista de Ieral, aseguró que “hoy, la Argentina en el mercado interno tiene el precio del trigo más barato del mundo porque ya está desacoplado” y que “la inflación avanza mientras se penaliza y desincentiva la exportación.
Matías Amorosi, analista de AZGroup, alertó que “la suba de retenciones en el trigo tendría un efecto contrario al que se busca: desalentaría la siembra”. La advertencia de estos especialistas coincide con el diagnóstico de numerosos estudios sobre los efectos nocivos que la carga impositiva tiene sobre el campo. Por ejemplo, un reciente informe de la Fundación Apertura que aseguró que, de eliminarse las retenciones, el PBI podría crecer al menos 3 puntos más por año, con unos US$10.000 millones extra por exportaciones, anualmente.
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