El anuncio oficial del Gobierno Nacional sobre la eliminación de retenciones a granos, una histórica bandera del sector agropecuario, se desvaneció rápidamente como una "medida de marketing" y no como un beneficio real para los productores. Así lo calificó Jorge Solmi, ex vicepresidente de la Federación Agraria Argentina (FAA) y ex secretario de Agricultura de la Nación, en un duro análisis sobre la maniobra del Ejecutivo.
En declaraciones vertidas durante el programa de streaming EN VIVO: DiarioNucleo.com, que se emite los martes a las 19 por Fana Digital, Solmi no dudó en señalar la intencionalidad de la medida: "Nos despertamos tempranísimo con el comunicado oficial, pero advertíamos que tenía una fecha de vencimiento, hasta el 31 de octubre, cuatro días después de la elección". El contexto de urgencia por recaudar en medio de la corrida cambiaria y la disparada del riesgo país a 600 puntos convertía la decisión en una "medida de un manejo del hogar, a las apuradas".
La crítica principal del dirigente radica en quién pudo aprovechar realmente la "franquicia fiscal". Solmi asegura que la medida no iba a favorecer al productor porque la mayoría ya había vendido su cosecha.
"Si hablabas con las principales cooperativas de la zona, el 80% del grano ya se había vendido y el 80% de los productores ya había vendido", sentenció.
Para el exfuncionario, el límite de US$7.000 millones de venta y la fecha de caducidad eran un claro incentivo a la liquidación forzada. "Yo pensé, conociendo la trayectoria del Ministro [Caputo], que esto fue un gancho de marketing para que la gente venda rápido, tipo 'llame ya', porque se agota el cupo", afirmó. Solmi añadió que el límite era un engaño, ya que el Gobierno necesitaba todos los dólares posibles.
La situación se tornó más grave con la posterior anulación de la medida, lo que dejó un enorme margen de ganancia para el sector exportador. Solmi explicó la mecánica del negocio en detrimento del chacarero.
"Los exportadores anotaron que van a exportar granos y derivados sin impuestos. Ahora, cuando hicieron la vuelta, la mercadería no estaba, tienen que salir a comprarla", detalló.
El problema reside en que, al exportar, el Estado no les cobrará retenciones a los exportadores por las operaciones ya anotadas, pero estos, al comprarle al productor, le pagarán el precio como si los impuestos existieran, descontándolos.
"Los exportadores se van a quedar con más o menos 1.500 o 1.800 millones de dólares en ese pasamano. Terminó pagando el impuesto el productor, que tampoco se vio beneficiado", denunció Solmi, concluyendo: "Se beneficiaron exclusivamente los exportadores, los intermediarios".
El dirigente ilustró la magnitud de la pérdida para el sector productivo: "Esos 1.500 o 1.800 millones de dólares son lo que vende la maquinaria agrícola en un año en la Argentina. Tuvimos 29 fábricas de cosechadoras, ahora está cerrando la última que quedaba, Vasalli".
A la frustración económica, se sumó la bronca por la inacción del Estado frente a la emergencia hídrica en la provincia de Buenos Aires, un tema sensible para la zona de cobertura de este diario.
"A eso tenés que sumar, como decía mi abuela, 'sobre llovido y mojado': la mitad de la provincia está inundada porque no se está haciendo la obra del Salado", indicó Solmi, recordando que los productores pagan un impuesto hídrico en el gasoil para financiar esas obras.
La indignación popular escaló hasta la quema de cubiertas frente a municipios como el de 9 de Julio. "Había un pueblo aislado porque tuvieron que romper el acceso para que el agua saliera. Los chacareros de 9 de Julio están hartos de que nadie les diera bola", señaló, aunque reconoció que, por la presión, ayer se anunció el reinicio de las obras del Salado, que estuvieron "18 veces paradas".
Consultado sobre el vínculo actual entre el campo y el Gobierno, Solmi fue categórico al describir una ruptura total de confianza.
"Acá no hay más, está cortado. El productor ya no le cree al Gobierno", sentenció.
El dirigente explicó que la desconfianza se gestó al inicio de la gestión por el impacto directo en los costos. "Ni bien asumió, nos triplicó los costos. El gasoil valía 330 pesos, pasó a $1.100 y ahora tenemos $1.600, $1.700. Aumentó tres veces en menos de un mes, y los insumos explotaron", detalló.
Finalmente, Solmi recordó que el productor no es ajeno a la crisis general: "Los chacareros no somos una raza aparte. Mandamos a los pibes al Garrahan, a la universidad pública, al colegio público. Todo eso lo vivís como cualquiera, lo vivimos todos los argentinos y todo eso también te atraviesa".
Clima de malestar
Las recientes declaraciones de Solmi acerca de las polémicas retenciones cero se suman a otras valoraciones realizadas desde el sector del campo de Pergamino y desde la política. Esta semana, el intendente Javier Martínez mostró su apoyo a los productores rurales en una entrevista concedida a un medio provincial.
"El Gobierno nacional debe tomar decisiones de apoyo al campo que trasciendan lo coyuntural y que permitan proyectar a largo plazo. Las retenciones no pueden subir y bajar, desaparecer y volver a aparecer", declaró.
El jefe comunal dijo que el futuro del país "se juega en el interior productivo" y que por esta misma razón "ese camino exige ser sinceros y determinantes en las medidas que se adopten". Y para finalizar aclaró: "Pero las idas y vueltas en las reglas de juego según convenga son actitudes que deben quedar atrás".
Desde la Sociedad Rural Pergamino (SRP), su presidente, Pedro Jacquelin, también se mostró crítico con el Gobierno nacional en diálogo con DiarioNucleo.com. "No hay dudas que fue una negociación del Gobierno con los exportadores y que los beneficios para los productores fueron muy bajos. Dijeron que iba a ser a favor de la producción pero no fue así, fue solamente para seis empresas multinacionales y esto no contribuye para productividad del sector en el interior del país", sostuvo.
Otro dirigente rural de Pergamino, Sebastián Campo, fue quien se mostró más duro contra la medida de retenciones cero. "La mayor estafa que se vio en el agro en años", dijo.
Y añadió: "El pequeño productor no puede guardar en silobolsas porque necesita vender lo que cosecha para pagar las cuentas. Esta medida claramente no estaba pensada para nosotros”, señaló dando cuenta que la medida no fue pensada para los productores pequeños y medianos.
En este sentido, el secretario de la agrupación Bases Federadas explicó que siete compañías concentraron el 86% del negocio y fueron las grandes beneficiarias de las retenciones cero.
“Un exportador que vendió hace un mes la tonelada de soja a $300 mil, pudo esperar y liquidar a $500 mil días después. Imaginate el negocio”, agregó.
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