Miles de hectáreas afectadas por las lluvias
El campo bonaerense sufre pérdidas irreversibles como consecuencia de las mayores precipitaciones de las últimas seis décadas.
El clima le pega duro al campo una vez más, ahora con el exceso de lluvias en buena parte de la zona núcleo. En ese sentido, agosto fue un mes pasado por agua y más de lo pensado para el agro argentino, mientras que ahora persiste la incertidumbre. Las lluvias torrenciales que azotaron la región núcleo -que comprende el norte bonaerense, el sudeste de Córdoba y el sur de Santa Fe- desbordaron los historiales de precipitaciones y saturaron millones de hectáreas.
Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario reveló que el 83% de estas hectáreas -8,3 millones de las 10 millones que la componen- registran suelos saturados de agua, “en el primer metro y en profundidad”. Este nivel de humedad no tiene precedentes en registros recientes: la media histórica de lluvias para agosto en la zona núcleo ronda los 30 milímetros, mientras que el promedio de precipitación en agosto de 2025 fue de 193 milímetros, superando holgadamente cualquier expectativa climática. Algunas localidades como María Teresa acumularon 344 mm, Chovet 290 mm, Godeken 288 mm y Pergamino 286 mm.
Récord en 60 años
Las lluvias más fuertes en 60 años -aseguran- complicaron gravemente al agro. Se superpusieron anomalías de lluvia, una sobre otra, superando la capacidad de manejo del agua, particularmente en zonas como la “pampa deprimida bonaerense”, que no cuenta con drenaje suficiente y queda anegada. El daño fue “muy importante” para la provincia de Buenos Aires, ya golpeada desde julio. Quedan lotes sin cosechar de maíz y soja, la fina implantada corre peligro, y la ganadería sufre por el estado de sus pasturas.
Con las precipitaciones acumuladas en los últimos 60 días, el área afectada se fue ampliando de manera alarmante: hoy se estiman casi 1,5 millones de hectáreas comprometidas en el centro de la Provincia y, si se contempla la totalidad de la cuenca del río Salado, el número supera los dos millones de hectáreas con graves problemas de anegamiento o inundación. A eso hay que sumar aquella superficie que, si bien no está inundada o anegada, tampoco puede ser trabajada por falta de piso para la maquinaria o imposibilidad de acceso, por lo que la superficie afectada y que corre riesgos para la producción supera los tres millones de hectáreas.
El evento del 19 de agosto, producto de una ciclogénesis, trajo en ciertas regiones más de 100 milímetros en un solo día y esos acumulados superaron los promedios mensuales en menos de 24 horas. La consecuencia: anegamientos en caminos rurales e imposibilidad de acceder a lotes y silos, lo que provocó demoras en cosechas y siembras, especialmente de maíz y soja en localidades del norte bonaerense.
Los distritos de 9 de Julio, Lincoln, Bolívar y 25 de Mayo son los que tienen más superficie afectada en el centro de Buenos Aires y las pérdidas por estas condiciones climáticas ascenderían a unos 11.800 millones de pesos.
Efectos en la producción
En distritos como Bolívar, Carlos Casares, 9 de Julio, la acumulación pluvial de los últimos 12 meses alcanzó los 1.500 mm, frente a los 950 mm habituales, lo que derivó en una crisis hídrica. Miles de hectáreas hoy permanecen bajo agua y sin producir. “Quedan miles de hectáreas bajo el agua, sin producir, sin pagar impuestos”, afirmó Leandro Lanzinetti, productor agropecuario. La cosecha gruesa cortada y no cosechada ya representa pérdidas irreversibles: “Todavía hay montones de lotes sin cosechar de maíz y de soja”, agregó.
En Bolívar, se estima que el 60% de las 500.000 hectáreas del partido quedó bajo agua; en Carlos Casares, “prácticamente todo el partido está afectado”, con caminos rurales cortados y red vial deteriorada.
Desde CARBAP exigieron concreción de las obras hídricas pendientes, largamente postergadas y cada vez más urgentes; aplicación inmediata de los instrumentos previstos en la Ley de Emergencia Agropecuaria, como la prórroga de impuestos provinciales, municipales y nacionales; y líneas de financiamiento específicas, a través del Banco Nación y el Banco Provincia, que permitan a los productores sostenerse y recuperarse frente a esta situación.