Las reservas comprobadas de gas en Vaca Muerta ascienden a algo más de 360.000 millones de metros cúbicos. Es sabido: es un yacimiento de un potencial fabuloso y sus posibilidades de aprovechamiento en la Argentina podrían amplificarse exponencialmente si se lo desarrollara como fuente de aprovisionamiento de un sistema logístico impulsado con ese combustible del que hoy se utilizan apenas 1.500 millones de metros cúbicos al año para transporte.
Considerando que el consumo se mantuviese constante, representaría un suministro para los próximos 240 años con una ventaja no solo de costos (es 20% más económico que el combustible líquido) sino también con incalculables beneficios ambientales como la reducción dramática de emisiones contaminantes.
“El gas es la energía de transición entre el hoy y el mañana. Hoy el diésel obviamente es la energía fundamental dominante en el transporte de cargas y público. No sé cuál va a ser la energía del futuro: tenemos vehículos eléctricos, híbridos, a gas, GNC, GNL… Hay muchas alternativas y creo que esas alternativas pueden ser diferentes en diferentes mercados. Puede ser que en una región el combustible del futuro sea eléctrico, en otra sea el gas, en otra sea una pila de combustible de hidrógeno. Pero para nosotros, en nuestra región, sin lugar a dudas, el gas va a ser la energía de transición entre el hoy y el mañana. En transporte de cargas y transporte de pasajeros, el gas es nuestra energía”, destacó Ricardo Cardozo, Country Manager Iveco Group Argentina.
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Cardozo habló en el marco de la Semana de la Movilidad Sustentable que se celebra hasta el 22 de septiembre a nivel global y que la marca referente en transporte pesado aprovechó para presentar su oferta en el segmento de vehículos que provocan menor impacto ambiental sin resignar eficiencia. “La disponibilidad del gas natural, potenciada por Vaca Muerta, es una ventaja única que podemos transformar en desarrollo industrial, empleo y valor para el país. Ese es el rol que queremos cumplir: ser protagonistas de una transformación sustentable con impacto real en la economía argentina”, agregó el ejecutivo.
Así planteado, el objetivo es la transformación del transporte en Argentina y la región como una agenda estratégica que va de la mano con la visión comercial y la adhesión a criterios ambientales como la reducción de emisiones y la eficiencia tanto en transporte como en el sistema productivo.
La reducción de emisiones ambientales está directamente relacionada con el tipo de combustible que se utiliza. Con gas natural comprimido (GNC) se logra una reducción del 15% de CO2 (gas responsable del efecto invernadero y de los fenómenos climáticos extremos), mientras que con biometano la reducción puede llegar hasta un 95%. Se puede alcanzar además una reducción de hasta el 95% en los óxidos de nitrógeno (sustancia nociva para las vías respiratorias y la vida en general) y de hasta el 95% en el material particulado, además de una disminución sonora de cinco decibles “lo que en un ámbito urbano puede generar efectos notorios”.
El primer camión a GNC fue el Tector GNC, homologado en 2019. Le siguieron la producción local del Tector NG y del bus urbano a gas natural en la planta que la automotriz tiene en Córdoba también con procesos y prácticas de producción responsables.
El S-Way NG es el más reciente lanzamiento y ya diseñado para largas distancias, con motor de 460 CV y autonomía hasta 700km. Diseñado para el transporte pesado, abarca desde la carga general y agroindustria hasta segmentos más específicos como el transporte de sustancias peligrosas.
“Entonces: tenemos el recurso en Vaca Muerta, tenemos la red de aprovisionamiento, tenemos la producción en Córdoba de los motores y del camión. Me parece que es la solución de transporte correcta para nuestra región”, remarcó Cardozo en diálogo con Democracia.
Pero, ¿la performance de un camión a gas es la misma que la de un diesel? “Siempre existe esa sensación de recelo, ¿no? Creo que la experiencia que tenemos del gas es la de tomar un motor, colocarle un cilindro, transformarlo y listo: tenemos un vehículo a gas. Pero eso no es lo que sucede hoy en día. Estos camiones, estos motores, no son motores diésel transformados a gas. Son motores diseñados desde cero para funcionar con gas. Con lo cual la prestación en potencia, reacción, es igual a un motor diésel. No tenemos pérdida de performance porque el vehículo sea gas o sea diésel. Y ese es el primer punto importante que siempre me gusta destacar porque son vehículos nacidos para funcionar con gas”, detalló el CM de Iveco Argentina.
¿Y en cuanto a costos? “Cuando hablamos de la comparación del costo operativo de una unidad diésel con una unidad a gas, resulta 20% menor con una unidad a gas. Por eso digo que la ecuación cierra. Si bien el vehículo tiene un costo inicial más alto que el diésel, en combustible es menor y el costo operativo termina siendo menor”.
Cardozo concluyó la charla destacando la expectativa que tienen en cuanto al campo como uno de los mercados ideales para estos vehículos: “Sin duda el campo es un motor de la economía argentina. Ese campo funcionó este año, tuvo un buen nivel de actividad, lo va a tener el año que viene, salvo que haya algún problema climático, pero eso va a funcionar y va a traccionar la economía. Como lo son el petróleo y el gas y/o la minería… Nuestros productos están dirigidos a esos segmentos y acompañan ese desarrollo. Vamos con un buen volumen de operaciones y un buen nivel de actividad para este año”.
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