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El 50% de los lotes de soja de primera de la región núcleo mantienen cuadros entre regulares y malos
INFORME DE LA BOLSA DE COMERCIO DE ROSARIO

El 50% de los lotes de soja de primera de la región núcleo mantienen cuadros entre regulares y malos

Las últimas lluvias mejoraron la situación en algunos casos pero el cultivo necesita de más agua en el corto plazo.

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Enero se despidió con lluvias. Las tormentas han vuelto a la región en las últimas dos semanas pero con acumulados muy dispares. Tan es así, que el mapa de lluvias realizado con las 36 estaciones de la red GEA/BCR, no logra ser tan representativo como lo suele ser.

De todas formas, puede apreciarse que, salvo algunos focos de lluvias en el departamento Gral López y en el extremo noroeste (Colonia Almada), dónde las lluvias superaron holgadamente los 60 mm, en el resto de la región las localidades recibieron entre 30 y 40 % de la media mensual de enero, según el último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).

La media, tomando los últimos 30 años, está entre 120 y 130 mm. Así, enero culmina con la condición de sequía en el 43% de la región, con escasez en el 50% y con reservas regulares a adecuadas en solo un 7% de la zona.

La campaña es altamente heterogénea. Pero, en general, hay una falta de agua significativa en el momento crítico para la soja, que se extiende del 15/1 al 15/2 para la región. Por eso, las lluvias en cada semana de este periodo son claves. Por lo pronto hay un pronóstico de lluvias para el próximo miércoles 5 de febrero, pero para los próximos 10 días, hasta el momento, hay una gran incertidumbre con la continuidad de las lluvias.

Donde no llovió peligra la supervivencia del cultivo

Si bien en la última semana mejoraron los lotes —hay un 5% en condiciones excelentes, un 15% muy bueno y un 30% en estado bueno—, se mantienen los cuadros regulares a malos en el 50% de la región.

Donde llovió mejor, el cultivo logró recomponerse y mantiene buenas perspectivas. Donde no llovió, la supervivencia del cultivo está comprometida. Un 60% de la soja se encuentra fructificando (entre R3 y R4) y un 5% comenzando el llenado de granos (R5). El resto está en floración (entre R1 y R2).  

¿Qué dicen los ingenieros agrónomos de la región sobre el cultivo?

En Tortugas y los alrededores de Rosario, la falta de lluvias en los próximos días podría tener consecuencias irreversibles. En Pergamino, el cultivo aún mantiene su capacidad de compensación, pero no hay agua en el suelo para el llenado de granos. “Algunas localidades acumularon solo 20 mm entre diciembre y enero, volviendo imposible la recuperación sin lluvias inmediatas”, advierten.

En Junín, se estiman rindes de entre 32 y 38 qq/ha, pero hay muchos cuadros que han perdido demasiados nudos debido al estrés hídrico. En Teodelina, es imprescindible que llueva la próxima semana para sostener de 35 a 40 qq/ha. En Carlos Pellegrini, la soja retomó su desarrollo, pero necesita 40 mm en los próximos 10 días. Las lluvias trajeron un fuerte alivio en Bigand. En Bombal, la soja presenta un muy buen estado, sin hojas amarillas ni signos de deterioro. “Pero la continuidad de las lluvias será clave”, coinciden los técnicos.

Soja de segunda 

Mientras que en algunas áreas aún hay margen para recuperar potencial de rendimiento con lluvias oportunas, en otras la situación ya parece irreversible. La uniformidad y la continuidad de las precipitaciones en las próximas semanas serán determinantes para definir el resultado de la campaña.

En Pergamino, “la mayoría de los lotes con soja de segunda están raleados”, comentan. Las plantas sobrevivientes tienen solo 20 cm de altura a dos meses de ser sembradas. La perspectiva de rendimiento nula en la mayoría de los lotes. La sequía es completa y esperamos una pérdida completa como en la 2022/23”.

En Junín, la situación no es muy diferente; los lotes están secándose en las lomas por falta de agua y en algunos casos se han perdido. Además, el ataque de arañuela ha agravado aún más el escenario. En otras zonas, si bien el cultivo ha mostrado cierta recuperación tras las lluvias, la situación sigue siendo delicada.

El NDVI identifica las áreas que han experimentado un crecimiento vegetal más vigoroso o más débil, por lo que detecta el impacto de condiciones climáticas adversas, como sequías, entre otros factores.

En la comparación puede notarse cómo la falta de agua en el 2023 era más extensa, alcanzando sobre todo al oeste del norte de Bs As y a buena parte del centro sur de Santa Fe, mientras que en 2025 se ve que la zona más afectada abarca al norte bonaerense, pero se ve un nivel de daño comparable al del 2023. Para 2024 se debe tener en cuenta que en la segunda quincena de enero faltaron las lluvias; igualmente el contraste de condiciones es evidente.

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