En el último informe mensual del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), las noticias más positivas para el campo llegaron del sector triguero. A pesar de los ajustes a la baja en las proyecciones de producción global de trigo para la campaña 2024/25, la agricultura nacional se perfila para alcanzar una de sus mejores cosechas históricas de este cereal.
De acuerdo con el informe del USDA, la proyección mundial de producción de trigo se ajustó a la baja, con una estimación de 792,9 millones de toneladas, lo que representa una disminución de 1,8 millones respecto al informe anterior. Este ajuste responde principalmente a las reducciones en las previsiones de cosecha de jugadores clave como la Unión Europea y Rusia.
A pesar de los recortes globales, en nuestro país las perspectivas para la cosecha de trigo son extremadamente positivas. Las proyecciones de cosecha para Argentina oscilan entre las 18,6 millones de toneladas estimadas por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) y las 19,3 millones de toneladas de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). De cumplirse este pronóstico, se alcanzaría el tercer mayor volumen de trigo en la historia argentina.
El panorama es aún más alentador si se considera que, al inicio de la campaña, las expectativas eran mucho más bajas debido a la persistente sequía y las preocupaciones por el fenómeno climático La Niña. Sin embargo, la situación dio un giro significativo gracias a las lluvias que llegaron en el momento justo, mejorando las condiciones de los cultivos.
Este cambio climático positivo se reflejó en la mejora de los rendimientos de la cosecha de trigo, que podría superar las previsiones iniciales.
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) destacó en su último informe que la cosecha avanzó un 15,8% respecto a la semana anterior, alcanzando el 63,9% del área apta para la siembra. Los rendimientos promedio en los campos argentinos llegaron a los 26,8 quintales por hectárea, lo que representa un aumento significativo en comparación con la campaña pasada. En la región núcleo ya se cosechó el 85% del área sembrada y se espera que la producción alcance los 4,8 millones de toneladas, un 60% más que el año anterior.
Sin embargo, el panorama varía significativamente según la región del país. En la zona sur de Buenos Aires, especialmente en Tres Arroyos, los rendimientos fueron dispares.
Mientras que en algunos lotes se alcanzaron altos rendimientos de hasta 6.000 kilos por hectárea, en otras áreas los rendimientos fueron más bajos, oscilando entre los 3.000 y 3.500 kilos por hectárea. A pesar de estas diferencias, la cosecha en general es mucho mejor que en la campaña anterior, cuando los productores enfrentaron dificultades debido a las malas condiciones climáticas.
A pesar de las perspectivas positivas en términos de volumen, los productores argentinos enfrentan serios desafíos económicos. En los últimos meses, los precios internacionales del trigo han experimentado una caída importante, lo que afecta la rentabilidad de los productores. En noviembre de 2024, el trigo cotizó a alrededor de 254 dólares por tonelada en el mercado internacional, lo que representa una disminución del 10-15% en comparación con el mismo período del año anterior.
A nivel nacional, los precios también han bajado considerablemente. En la plaza de Rosario, los precios de venta se ubicaron en torno a los 191,2 dólares por tonelada, un 40% por debajo del mismo mes de 2023. Este contexto de precios a la baja, sumado al aumento de los costos de insumos como fertilizantes, agroquímicos y semillas, genera una presión económica sobre los productores, quienes deben lidiar con márgenes de ganancia reducidos.
En el ciclo del trigo 2024, los costos de los insumos, como fertilizantes y agroquímicos, han registrado un aumento promedio del 14%, mientras que el costo de las semillas ha disminuido debido a una calidad relativamente inferior. Según estimaciones de la Revista Márgenes Agropecuarios, los costos directos para los productores de la región centro-norte de Santa Fe rondan entre 300 y 380 dólares por hectárea, lo que implica una necesidad de rendimientos mayores para cubrir estos costos.
A medida que avanza la cosecha, la comercialización del trigo se ha acelerado. Hasta mediados de diciembre, se habían comercializado 6,8 millones de toneladas de trigo, un 35% de la producción estimada, con el 80% de estas ventas destinadas al sector exportador. Esta cifra representa un aumento significativo respecto a la misma época del año anterior, lo que refleja la creciente actividad comercial en el país.
El volumen de ventas también se ha visto impulsado por la necesidad de los productores de generar ingresos para enfrentar los elevados costos de producción. De hecho, un 81,6% de las operaciones en diciembre fueron a precio hecho, lo que indica que los productores están adoptando una estrategia más conservadora para asegurar ingresos inmediatos.
A pesar de los desafíos económicos y la disparidad en los rendimientos regionales, Argentina se prepara para una cosecha histórica de trigo. La combinación de un clima favorable, una mayor adopción de tecnologías agrícolas y un mejoramiento genético de las semillas promete asegurar una campaña de gran volumen. No obstante, los productores deberán enfrentar un entorno de precios internacionales más bajos, lo que podría limitar las ganancias en el corto plazo.
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