El sector agroindustrial anotaría este año exportaciones por un valor entre U$S45.000 y 55.000 millones de dólares, que significan unos U$S12.000 millones por encima de lo exportado por este complejo en 2023.
Los datos revelan la importancia que tienen las exportaciones para el sostén del país y, en especial, para los ingresos del fisco vía impuestos y retenciones, cumpliendo así un papel clave en el desarrollo productivo argentino.
Durante el primer semestre de 2024, las exportaciones agroindustriales crecieron un 19% en comparación con el mismo período del año anterior, según el Monitor de Exportaciones Agroindustriales de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA).
El estudio escanea 20 complejos sectoriales que generan diez indicadores. “Hay buenas y malas noticias: la buena es que las exportaciones del agro crecieron un 19% respecto al primer semestre 2023, la mala es que detectamos muchas trabas para seguir creciendo, lo que genera poco incentivo para que haya más inversiones, se genere más empleo y entren más dólares”, advirtió Nicolle Pisani Claro, Economista Jefe de FADA.
“Estamos en el primer puesto mundial como exportadores de jugo y aceite de limón y de aceite de soja. Somos segundos en maní, porotos y yerba y terceros maíz y harina de soja. Nuestro trigo llega a más de 25 países y en más de 80 disfrutan nuestras uvas y vinos. Nuestra carne vacuna es muy bien recibida en el mundo: estamos en las mesas de más de 50 países”, explicó la economista.
El informe revela que actualmente las cadenas agroindustriales traen 6 de cada 10 dólares que ingresan al país, ya que en total en el primer semestre de este año se acumularon 24.000 millones de dólares. “Esas divisas son necesarias para comprar lo que no producimos, evitar crisis y generar más empleo”, explican.
Argentina ocupa los primeros puestos como exportadora mundial de varios productos. “Todo esto aún sin las mejores condiciones, hay mucho más por crecer, tanto para el agro como para otros sectores de la economía, es muy importante que traccionen todos en conjunto”, agregó la economista de FADA.
Al analizar cómo se reparten las exportaciones, el Monitor indica que el 72% proviene de las cadenas de granos, un 13% de economías regionales, 8% carnes, 2% lácteos y 5% otras producciones.
Desde FADA identifican al menos cuatro trabas para lograr un mejor posicionamiento en los mercados del mundo: falta de acuerdos internacionales, excesiva cantidad de trámites administrativos, derechos de exportación y atraso cambiario para lograr el negocio.
“Uno de los factores que analizamos en el Monitor es la inserción internacional, es decir, cuánto llegamos a diferentes países con nuestros productos. Detectamos que Argentina viene de un estancamiento de muchos años respecto a la cantidad de países con los que comercializa”, señaló Natalia Ariño, economista de la misma fundación.
Los acuerdos comerciales entre países pueden darse de muchas formas, pero el principal objetivo es reducir barreras, como las sanitarias o los impuestos a los productos que otros países importan desde Argentina y así fomentar el comercio internacional.
Argentina tiene solamente ocho acuerdos, frente la Unión Europea con 40, Chile con 32, China con 18 y Estados Unidos con 14.
“Es necesario establecer alianzas estratégicas que dinamicen nuestras ventas al mundo. La excesiva cantidad de trámites administrativos y burocracia que tienen que enfrentar quienes quieren vender sus bienes y servicios ya sea dentro o fuera del país genera un freno para la producción. Es imperioso agilizar el proceso para que la economía crezca, un camino que se ha comenzado a recorrer”, resaltaron.
La presencia de los Derechos de Exportación o “retenciones” aumenta aún más la presión impositiva sobre este sector que exporta, que al igual que el resto de las actividades, ya tiene gran cantidad de impuestos. Las retenciones generan gran cantidad de efectos negativos: menos producción, inversiones, empleo, menos desarrollo para las regiones que producen en todo el país. “Quizá es algo que se desconoce, pero son contados con los dedos de una mano los países que tienen este tipo de impuesto, somos un caso muy atípico”, agregó Ariño.
El atraso cambiario se produce porque el tipo de cambio oficial evoluciona por detrás de la inflación. Eso provoca desincentivo a las exportaciones ya que se vuelven menos competitivas y lleva a que se importen productos porque resultan más baratos.
“Podemos destacar la carne vacuna argentina, que llega a las mesas de más de 50 países. Esta cadena lleva exportado en este primer semestre 1.750 millones de dólares, es el 7% del total de las exportaciones del agro, es la cuarta cadena generadora de dólares y ocupa el sexto puesto a nivel mundial en el comercio de carne”, explicó Pisani Claro.
Los productos que analiza este informe implican millones de personas trabajando y dinamizando la economía de punta a punta de Argentina. Es posible conocerlo a través del indicador de la concentración de origen, que va marcando dónde se producen. “Ahí se puede ver que la Patagonia se caracteriza por exportar en los rubros pesqueros, peras y manzanas. En la región pampeana en su mayoría es soja, maní, girasol, maíz, trigo, cebada, carne de vaca, lácteos y carne aviar. En Cuyo prevalece la cadena vitivinícola. En el NEA lo que más se exporta es el complejo forestal, té y yerba. Por último, en el NOA se especializan en limón, porotos, y garbanzos”, agregó Ariño.
FADA analiza que las perspectivas para lo que queda de 2024 son neutras en términos de demanda internacional, negativas en lo referido a la competitividad cambiaria, positivas en oferta exportable y negativas en precios.
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