Medio del Campo
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Claves para el manejo de enfermedades en trigo y cebada

El ingeniero agrónomo Martín Principiano resume conceptos a considerar para una correcta toma de decisión.

Para los planteos de producción de alta tecnología utilizados actualmente en la mayor parte de la región pampeana, el correcto manejo de las enfermedades foliares de los cultivos de trigo y cebada genera importantes mejoras en los niveles de rinde alcanzados. Se han informado, por ejemplo, reducciones del rendimiento del orden del 15 al 50 % asociadas con la presencia de enfermedades dependiendo del tipo de patógeno presente y los cultivares de trigo y/o cebada utilizados.

Entre los patógenos con mayor impacto sobre la productividad de trigo en la Argentina se destacan las enfermedades foliares como Septoriosis de la hoja (Septoria tritici), Mancha amarilla (Drechslera tritici-repentis), Mancha borrosa (Bipolaris sorokiniana) y las royas (Puccinia sp.).

En el cultivo de cebada las enfermedades con mayor impacto son Mancha en red (Drechslera teres), Escaldadura (Rhynchosporium secalis), Ramularia (Ramularia collo-cygni), Mancha borrosa (Bipolaris sorokiniana) y Roya de la hoja de cebada (Puccinia hordei).

Para un adecuado manejo de enfermedades en cereales de invierno debe considerarse el comportamiento sanitario del cultivar, este debe contarse con toda la información disponible de los criaderos y estaciones experimentales, sobre el comportamiento de los genotipos más difundidos. Utilizar preferentemente aquellos que equilibren rendimiento con buen comportamiento frente a enfermedades. El uso reiterado y difundido de un mismo cultivo para una zona dada puede causar el ”quiebre de esta resistencia “.

Otro punto importante a tener en cuenta es la rotación. La acumulación y permanencia de restos culturales provenientes de un cultivo enfermo es también la acumulación y la garantía de la presencia de patógenos necrotróficos (Ej.: manchas en trigo).

Por ejemplo, si se realizó trigo sobre un lote que viene de trigo, se debe estar muy atentos al avance de manchas sobre todo ante la ocurrencia de lluvias que permitirán su crecimiento.

También el uso de fungicidas es otro de los factores a considerar. El control químico con fungicidas ha demostrado aumentos significativos de los rendimientos y de la calidad de la producción. Es importante recordar que los fungicidas foliares no deben aplicarse preventiva ni tardíamente, solamente cuando los valores de una determinada enfermedad alcancen el umbral de daño económico (UDE), que no es más que el máximo nivel de enfermedad tolerable económicamente en los lotes. Definir el momento de aplicación de fungicidas no es una tarea sencilla y no debe realizarse bajo la guía de un solo criterio. Por el contrario, la complejidad con la que se enfrenta el asesor ingeniero agrónomo es muy diversa y debe ser analizada profundamente.

Es necesario analizar los atributos del patógeno (policíclico, razas, presión de inóculo); del hospedante (período crítico de generación de rendimiento, grado de susceptibilidad, rendimiento potencial); del fungicida (dosis, tipo de molécula), del ambiente (rocío, lluvias temperatura, mojado) y el análisis económico de daños e inversión.

Ing. Agr. (MSci) Martín A. Principiano. MP (CIAFBA): 1110, MN (CPIA): 18105