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Consideraciones para el manejo de chicharrita en maíz
COLUMNA DEL CAMPO

Consideraciones para el manejo de chicharrita en maíz

El ingeniero agrónomo Martín Principiano detalla diferentes alternativas para su manejo y analiza la situación en cuanto a intención de siembra en maíz.

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La campaña agrícola 2023/24 trajo para el cultivo de maíz una emergencia sanitaria de intensidad y extensión geográfica inusitada. El “achaparramiento del maíz” es una enfermedad endémica en el Norte de Argentina, cuyo vector es la Chicharrita (Dalbulus maidis).

La explosión poblacional de este insecto y la epifitia provocada no tienen precedentes, especialmente al Sur del paralelo 30 (desde el Norte de Córdoba y Santa Fe, hacia el Sur).

Entre las medidas de manejo, las cuales deben tener alcance regional y amplia adopción, se pueden mencionar:

  • Control de maíces guachos para cortar el ciclo reproductivo. Es fundamental que, tanto la chicharrita invernante (la que permanece en el lote) o la migrante (proveniente de otras regiones) no encuentre maíz donde puedan alimentarse y reproducirse. Por eso es fundamental el control de plantas de maíz guacho, que son fuente de inóculo de la enfermedad y hospederos de la chicharrita. Una de las medidas más importante para el manejo de chicharrita es lograr un vacío sanitario. Este consiste en un periodo de al menos 90 días sin la presencia de maíz de ningún tipo en la región.
  • Evitar las siembras escalonadas para cortar el ciclo reproductivo y disminuir la población.
  • Monitoreo de temperaturas invernales para predecir el nivel poblacional al momento de inicio de la campaña. Temperaturas mayores a 10°C favorecen la supervivencia.
  • Elección de germoplasma tolerante donde haya disponibilidad, dentro de la paleta de híbridos recomendados para cada zona.
  • Monitoreo intensivo, con el objetivo de generar información sobre la dinámica de la plaga.
  • Tratamiento de semillas y aplicaciones foliares: recientemente se han registrado en el país productos que permitirán el control poblacional del vector y productos en proceso de registro.

A menos de dos meses del inicio de la siembra de maíz temprano, en algunas regiones parte de los productores aún no tiene definida la siembra. En muchas zonas, prácticamente no se sembrará maíz tardío y de segunda. Ante la incógnita sobre el posible impacto de la enfermedad en maíces de siembra temprana, es predecible que el riesgo será menor que en aquellos sembrados en fecha tardía o de segunda.

Con un costo de implantación y protección de 600 a 700 US$/ha la decisión no es fácil. Además, una menor área de maíz afecta rotaciones, empresas semilleras, fertilizantes, insumos, y el consumo del cereal en la actividad pecuaria.

Todo indica que habrá una caída en el área y se sembrará en fechas lo más tempranas que las temperaturas y humedad permitan. A nivel nacional, se estima por el momento una disminución del 20% en el área de siembra. Aún hay barbechos abiertos e incertidumbre en muchas empresas. En las zonas donde la presencia de chicharrita fue importante es altamente probable que haya sustitución del área de maíz.

Parte del área de maíz será ocupada por sorgo y algo con girasol. La principal alternativa de cambio es la soja, porque hay disponibilidad de semilla para aumentar significativamente el área. En la zona núcleo aumentará la relación soja/gramíneas (trigo+maíz). Si bien en la región se incrementó 20% el área de trigo, por cada hectárea sembrada con trigo y maíz se estima que se sembrarían 1,7 has de soja (en la campaña 2022/23 la relación fue 1,5). Las primeras estimaciones indican un incremento del 10% en soja de primera.

Ing. Agr. (MSci) Martín A. Principiano. MP (CIAFBA): 1110, MN (CPIA): 18105

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