Los fuertes cambios en los precios relativos, derivados del aumento en el tipo de cambio, del aumento en el gasoil, de los impuestos de importación sumado a un reacomodamiento de los fletes agrícolas, tarifas de labores, incremento en impuestos provinciales y municipales, llevan a que no sea sencillo determinar a simple vista si el agro está mejor o peor.
Si se analizan los costos estimados para febrero 2023 y se lo compara con febrero de 2024 se observan grandes cambios al observar los valores en quintales por hectárea.
Para el cultivo de trigo proyectado en un rendimiento de 45 qq/ha, en febrero de 2023 con un precio de 310 USD/tn, el costo de implantación y protección era de 450 USD/ha lo que representaban 15 qq/ha, y el rendimiento de indiferencia era de 23 qq/ha. Al analizar los costo en febrero de 2024 (con un precio de 221 USD/tn), el costo de implantación y protección es de 550 USD/ha (25 qq/ha) y el rendimiento de indiferencia es de 32 qq/ha.
Esto valores son en campo propio. En campo alquilado se debe agregar el valor de alquiler. Así, los valores en USD/ha no han tenido una gran variación. No obstante, al analizar los costos en qq/ha, han tenido un fuerte incremento, registrando el rendimiento de indiferencia una variación de casi 10 qq/ha en el costo.
En el caso del cultivo de maíz, ocurre algo similar. En febrero de 2023 con un valor de 265 USD/tn y un costo de implantación y protección de 700 USD/ha, el rendimiento de indiferencia era de 43 qq/ha para un rendimiento objetivo de 90 qq/ha. A la fecha actual, con un valor de 174 USD/tn, el rendimiento de indiferencia pasó a 50 qq/ha, registrando así un incremento de 7 qq/ha.
En el caso del cultivo de soja, las variaciones son marcadas también. En febrero de 2023 con un valor de soja de 382 USD/tn, para un rendimiento objetivo de 40 qq/ha, el rendimiento de indiferencia era de 16 qq/ha. A la fecha, con un valor de 290 USD/tn, el rendimiento de indiferencia en campo propio es de 20 qq/ha siendo mayor a 35 qq/ha en campo alquilado.
De cara a la planificación de la nueva campaña y en un momento donde se inicia la negociación de los contratos de alquileres, es clave tener el dato de costo por hectárea de cada uno de los cultivos en un negocio cada vez más ajustado y riesgoso.
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