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Cómo se encuentran las reservas de agua en el suelo de la zona núcleo
MEDIO DEL CAMPO

Cómo se encuentran las reservas de agua en el suelo de la zona núcleo

Técnicos del INTA de la zona núcleo y de Pergamino brindan información clave sobre la situación de los cultivos y las reservas de agua en suelo de cara a la campaña 2023/24, en función de las últimas lluvias.

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Las lluvias han regresado con firmeza durante las últimas semanas y las diferentes regiones de la zona núcleo se han visto beneficiadas en mayor y en menor medida por este fenómeno. Técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de la región y de Pergamino informaron sobre cuál es el estado de los perfiles de suelo de los campos.

“Luego de tres primaveras muy deficitarias en la disponibilidad de agua para el desarrollo de los cultivos de invierno y para la siembra de los cultivos de cosecha gruesa, es muy promisoria la evolución de la campaña 2023/24”, indicó Pablo Mercuri, director del Centro de Investigación de Recursos Naturales (CIRN) del INTA.

“Analizando el país en su totalidad, la recuperación es desigual porque hay aún zonas al oeste de Buenos Aires, sur, centro y norte de Córdoba y casi todo el NOA que presentan aún situaciones extremas de escasez de agua en los perfiles del suelo, en el desecamiento de los recursos hídricos, y aún con lluvias menores a los promedios mensuales”, explicó Mercuri.

De acuerdo con el último informe del Instituto de Clima y Agua, durante la última semana se registraron lluvias significativas sobre el sur de Misiones, este de Formosa, noreste de Corrientes y Entre Ríos con acumulados superiores a los 100 milímetros (mm). También, se registraron lluvias de manera generalizada sobre áreas del centro y sur de la región Pampeana con acumulados entre los 30 y 70 mm.

El porcentaje de agua útil en el perfil, a 1 metro de profundidad, se encuentra con más del 40 % sobre el este de la región Pampeana y el Litoral, donde se alcanzan los umbrales de exceso. Continúan en condiciones críticas deficitarias sobre el resto de la región Pampeana, NOA y Cuyo.

En cuanto al agua total en el perfil se estima un porcentaje superior al 60 % en gran parte del centro-este, noreste del país y Patagonia (noroeste y sur). Mientras que en Cuyo (centro y norte), Patagonia (excepto noroeste y sur) y NOA (norte) se observan valores por debajo del 40 %.

Fernando Mousegne, del INTA San Antonio de Areco, comentó que “en la zona cayeron aproximadamente 70 milímetros acumulados, lo cual ha hecho una mejora muy importante, sobre todo en los cultivos recién implantados. Es decir, aquellos que habían podido sembrar con un mínimo de humedad, con estas lluvias, los cultivos han reaccionado, o sea, están en buenas condiciones”.

En línea con Mousegne, “el panorama para la zona es bueno, si bien falta sembrar mucha superficie todavía de soja y una gran cantidad de maíz que pasó a ser a maíz tardío”. Con respecto al escenario que uno puede presentar por el año Niño, “es una incógnita, porque lo que uno está viendo es que empieza a haber lluvias demasiado frecuentes, lo cual puede producir algunas dificultades con respecto a la cosecha”. Pero aclaró que “de todas maneras la situación es mucho mejor a los últimos dos años y las expectativas en general son más auspiciosas”.

Por su parte, Nicolás Sanmarti del INTA Oliveros –Santa Fe–, indicó: “Para lo que fue la campaña de trigo hubo mucha disparidad en cuanto a distintas zonas del sur de Santa Fe, fundamentalmente esto se debía al cual fue el agua útil inicial con la que partían los cultivos”. En esa línea, puntualizó: “aquellos que tenían agua prácticamente a capacidad campo llegaron a estados avanzados de cultivo con buen desarrollo y con buena perspectiva en cuanto a rendimiento”.

Sin embargo, “en otros casos las últimas lluvias llegaron tarde porque ya se había definido el peso de la espiga”, explicó Sanmarti. En ese sentido, “pudo haber una pequeña compensación por peso de grano, pero hubo una marcada caída de rendimiento en aquellos lugares donde hubo un estrés importante en lo que era el periodo crítico”.

Con respecto a lo que es soja y maíz, en el sur de Santa Fe se encontraron con dos escenarios: lo que sucedía en el primer metro, donde las lluvias producidas en los meses de octubre y principio de noviembre permitieron una recarga parcial del primer metro, donde ese suelo estaba aproximadamente entre un 50 % de agua útil o capacidad de campo. Por otro lado, al segundo metro se encontraba valores de agua útil mucho más bajos, cerca del 30 %. “Si bien hay bajos valores de agua, estamos atravesando una primavera llovedora que va a permitir la recarga del perfil y poder llevar adelante una buena campaña en la estival gracias a las perspectivas de lluvia que hay por el fenómeno del Niño”, concluyó Sanmarti.

Por su parte, Gustavo Ferraris, del INTA Pergamino, indicó: “Las lluvias ocurridas en la Región Pampeana son muy positivas, recomponiendo las reservas en el cultivo de maíz temprano y permitiendo lograr un avance significativo en la siembra de soja”. En esa línea, aclaró que “las precipitaciones están focalizadas en el este de la Argentina, hacia el oeste los milímetros han sido menores”.

“Claramente, el fenómeno de El Niño está asociado a lluvias superiores a la media en la Región Pampeana y el Litoral, por lo que se esperan mejores cosechas en comparación con la campaña 2022/23”, expresó Ferraris. En ese punto, hizo hincapié en que “el pronóstico es favorable para los cultivos de verano, como soja, sorgo, maíz”. Sin embargo, “los trigos se encuentran entre regular a mal estado, por la ausencia de lluvias en varias regiones y un evento generalizado de heladas ocurrido el pasado 12 de octubre”.

De acuerdo con el técnico, “en los cultivos de invierno el rendimiento está definido: un ciclo complicado para trigo (a excepción del sudeste de Buenos Aires), regular a bueno en cebada, bueno en legumbres y brasicáceas. Sin embargo, los más beneficiados deberían ser soja y maíz”.

Según el informe del Instituto de Clima y Agua, el modelo de balance hídrico elaborado por SEPA -Herramientas satelitales para el seguimiento de la producción agropecuaria-, calculado a partir de información edafológica, climática y satelital, estima un contenido de agua superior al 50 % del máximo disponible para cada suelo sobre áreas de Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe, sur de Córdoba, sur de San Luis y norte y oeste de La Pampa. Continúan observándose áreas con condiciones limitantes sobre el sudoeste de Buenos Aires y Santiago del Estero.

Las lluvias registradas aumentaron el contenido de agua en el suelo, con respecto a la última década de octubre, en gran parte de la Región Pampeana donde se observaban áreas que venían con perfiles secos.

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