Expertos aseguran que esta sequía que se atraviesa a causa del fenómeno de “La Niña” será recordada por años. El sector agrícola y ganadero son quienes más lo padecen, pero también está dejando serias secuelas en los ecosistemas locales y regional.
En Rojas, el río que pasa a unos kilómetros del centro de la ciudad cabecera, mostró en varios tramos la falta de agua, donde, directamente, se puede ver su suelo. Esta situación alerta a varios vecinos y entendidos en la materia, quienes mostraron preocupación por la situación.
Las opiniones son diversas. Hay quienes adjudican la situación expresamente a un fenómeno natural, mientras que otros sostienen que también es responsabilidad del hombre por intervenir estos cauces naturales.
Por su parte, el ingeniero agrónomo Alberto del Solar Dorrego, en diálogo con diarionúcleo.com explicó que en sus años de vida es la tercera vez que le toca ver una situación de estas características. “Recuerdo tener unos trece o 14 años y cruzar el río de lado a lado en alpargatas sin mojarme los pies. En esos lugares aún hay algo de agua. Las imágenes que vemos son en la zona entre Rojas y la Laguna La Tigra, donde esto suele ser normal porque son sectores de poca profundidad”, explicó.
Del Solar detalló que el libro “Las inundaciones y la sequía en la pampa bonaerense”, del escritor Carlos Moncaut, habla de los fenómenos naturales ocurridos entre 1576 y 2001, por lo que argumentó que estas situaciones han pasado y volverán a pasar porque “no tienen nada que ver con el cambio climático”.
En tanto, el ingeniero en construcción, Raúl Rosanigo, consideró que “son varias las cuestiones que influyen a que suceda que el río no tenga agua”. En primer lugar, advirtió que algunas obras de dragado realizadas en Salto (el Río Rojas pasa por esa localidad, Arrecifes, Baradero y desemboca en el Paraná). “Además de dragar, ensancharon el cauce y reemplazaron puentes que impedían el paso de parte del caudal. Eso mismo también lo hicieron en Arrecifes, generando que el lento escurrimiento que había antes y provocaba inundaciones graves en ambas localidades ya no exista”, anexó.
Por otra parte, explicó que el bajo nivel del Paraná, que es donde desagua este rio es socio de la falta de lluvias y la merma de las aguas subterráneas por los riegos artificiales. “Nuestro rio nunca volverá a tener el agua a 30 o 50cm de los bordes en forma más o menos permanente como ocurría antes de las obras en Salto y Arrecifes, las barrancas de casi 2 metros serán el paisaje más habitual. Puede suceder que suba e incluso desborde por grandes lluvias, pero en una semana estará bajo nuevamente”, advirtió.
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