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Aspectos generales para el manejo del cultivo del girasol en la zona núcleo
COLUMNA DEL AGRO

Aspectos generales para el manejo del cultivo del girasol en la zona núcleo

El ingeniero agrónomo Martín Principiano detalla consideraciones importantes a tener en cuenta a la hora de la producción del cultivo.

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La productividad del cultivo de girasol tiene una importante correlación con la disponibilidad hídrica a la siembra. En suelos con bajos contenidos de agua útil, los rendimientos normalmente son inferiores que los obtenidos en aquellos suelos que presentan mayor disponibilidad de este recurso al momento de la siembra.

Estos últimos exploran mayores rindes y una mayor respuesta a la fertilización. Frente a las expectativas de un año niña, el cultivo de girasol puede tener una ventaja y mayor adaptabilidad en ambientes restrictivos. A diferencia de otros cultivos de grano de la región, su sistema radical  le permite explorar hasta tres metros de profundidad.

Densidad

El cultivo de girasol se caracteriza por su plasticidad. Los ajustes de densidad están en relación al potencial del ambiente. Hay que tender a aumentar la densidad en ambientes de alto potencial y disminuir en ambientes de bajo potencial. En este sentido, las densidades pueden ir desde 40 mil plantas/ha a 70 mil plantas/ha.

Distanciamiento

Históricamente el cultivo se sembró a 70 cm. Últimamente se está sembrando a 52 cm, y hay buenas experiencias con distanciamientos a 35 cm y 42 cm. Este punto es muy importante para el manejo de malezas. Se debe lograr una rápida cobertura del suelo que permita competir con las malezas dado que no se disponen de muchas alternativas de herbicidas en post-emergencia del cultivo.

Fecha de siembra

En cuanto a fecha de siembra, la temperatura del suelo para iniciar debe ser de 15°C promedio de tres días, a la profundidad de siembra. En la región núcleo esto se puede dar entre fin de septiembre y primeros días de octubre. Es muy importante contar con semilla de calidad, sobretodo en siembras tempranas.

Genética

Los programas de mejoramiento genético en Argentina, han jugado un papel fundamental en el cultivo de girasol. Al momento de seleccionar un híbrido se debe considerar: potencial de rendimiento, comportamiento frente a enfermedades (como Verticillium y Sclerotinia), comportamiento frente a vuelco y quebrado, comportamiento frente a pájaros y porcentaje de aceite.

Malezas/Herbicidas

A diferencia de otros cultivos como soja y maíz, el cultivo de girasol no ha tenido gran desarrollo de herbicidas. El gran cambio en al manejo de malezas en girasol llegó de la mano de los girasoles tolerantes a imidazolinonas. Esta tecnología es una herramienta clave, pero es sumamente importante llegar a la siembra con el lote libre de malezas, lo que se logra con planificación a lo largo de todo el barbecho. Sobre esta base, se remarca nuevamente la importancia de una adecuada estructura de cultivo que se complementará con la estrategia de protección.

Pájaros

El avance del daño producido por los pájaros, como palomas y cotorras por ejemplo, en distintas zonas girasoleras ha determinado que muchos productores reduzcan la superficie de este cultivo. Numerosos estudios se han realizado al respecto, incluyendo programas con visión más regional y manejo del hábitat, hasta biorepelentes aplicados a nivel de lote. Sin embargo, la base del manejo de estos daños, tiene su respuesta nuevamente en la elección del híbrido que, eventualmente, podría ser complementado posteriormente con otras técnicas.

En conclusión, ante las prespectivas de un año Niña donde le cultivo del girasol se presenta como una alternativa a considerar en ambientes restrictivos.
 

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