Durante la década de 1980, 1990 y principios del 2000, el tenis femenino estaba muy parejo con el masculino en cuanto a público en los estadios y fanáticos en el mundo. Estrellas como Steffi Graf, Martina Navratilova, Gabriela Sabatini, Martina Hingis y las hermanas Williams mantenían a los espectadores pegados a los televisores cada vez que había algún partido decisivo.
En los últimos años, la WTA había perdido ese encanto y terminó quedando muy de lado. La responsabilidad la podría tener el “Big Three” conformado por Novak Djokovic, Rafael Nadal y Roger Federer (aunque sería injusto no mencionar a Andy Murray) o el hecho de que a partir de 2010 aproximadamente no surgiera ninguna figura que le hiciera sombra a Serena Williams y terminaba siendo todo muy monótono.
Otra explicación podía estar en la irregularidad de las jugadoras luego de que Williams dejara de aparecer en las fases decisivas de los torneos importantes. Era normal ver a tenistas con ranking muy bajo (y sin tanto nivel) ganando torneos de Grand Slam.
Pero todo esto parece haber cambiado en los últimos años, con la aparición de una nueva camada que hizo renacer el interés en el tenis femenino.
Los factores que provocan que el tenis femenino esté en crecimiento
Una buena rivalidad: la polaca Iga Swiatek y la bielorrusa Aryna Sabalenka son las dueñas absolutas del circuito. Pasan por arriba en potencia a sus rivales, se quedan con los torneos importantes, ya protagonizaron varias finales y además el año pasado protagonizaron una batalla por terminar la temporada como N°1 del mundo.
Swiatek ya se quedó con cuatro títulos de Grand Slam (Roland Garros 2020, 2022 y 2023, y el US Open 2022), mientras que Sabalenka ganó los últimos dos Abiertos de Australia, y parecen seguir con hambre de gloria.
Pero a esta rivalidad hay que sumar a la kazaja Elena Rybákina, campeona de Wimbledon 2022, y a la estadounidense Coco Gauff, finalista de Roland Garros 2022 y ganadora del US Open 2023. Ambas deambulan entre la tercera y la cuarta posición del ranking, pero siempre son una amenaza a tener en cuenta.
Nuevas estrellas: si bien Swiatek, Sabalenka y Rybákina son jóvenes (tienen 23, 26 y 24 años respectivamente), Gauff recién cumplió 20 en marzo y ya empezó a pisar fuerte Mirra Andreeva, una niña de solo 17 años que parece estar destinada a marcar una época.
La joven rusa hoy le ganó a Sabalenka en un verdadero partidazo para meterse en las semis de Roland Garros y empieza a acechar el top 20.
Juego muy atractivo: mientras el tenis masculino se convirtió en una batalla por ver quién le pega más fuerte, las mujeres deleitan al público con ángulos increíbles y la búsqueda de variantes para dar vuelta partidos en los que están siendo superadas por sus rivales.
Un ejemplo de ello fue el duelo de tercera ronda en el que Swiatek estaba contra las cuerdas ante una Naomi Osaka intratable y no tuvo problema en bajarle la velocidad a su juego, pasar la cantidad de pelotas necesarias y empezar a forzar el error de su rival, a quien finalmente terminó ganándole 7-5 en el tercero.
La paulatina desaparición del “Big Three”: con Federer retirado, Nadal jugando cada vez menos torneos y Djokovic que no pudo imponerse en 2024, el tenis masculino parece estar en una transición sin un claro jugador que domine.
Si bien el español Carlos Alcaraz y el italiano Jannik Sinner parecen tener todo lo necesario para tomar la posta del “Big Three” y dominar en la próxima década, aún no consiguen hacerlo del todo.
Todos estos factores terminaron beneficiando al tenis femenino, que está cada vez más interesante y tiene todo lo necesario para seguir ganando fanáticos.
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