La Escuela Municipal de Patín Carrera de Pergamino se consolidó en los últimos años como uno de los espacios deportivos con mayor crecimiento dentro de la estructura municipal. Con una propuesta que va mucho más allá de la competencia, la disciplina se transformó en un ámbito de aprendizaje, contención y desarrollo integral para niñas y niños desde los seis años.
Al frente del proyecto se encuentra el profesor Sandro Sosa, quien remarcó, ante Diario Núcleo, que el patín carrera no se limita únicamente a la velocidad. “No es solo correr carreras. Es una escuela de patín donde se puede aprender desde cero o también competir”, explicó. Y detalló: “Trabajamos técnica, equilibrio, cómo frenar, esquivar obstáculos o saltar si es necesario. Hacemos muchas cosas más que solo velocidad”.
La escuela funciona con niveles inicial, intermedio y avanzado, y recibe a chicos y chicas con o sin experiencia previa. Los entrenamientos se desarrollan los martes y jueves en el playón del Parque Municipal, mientras que los sábados el grupo competitivo se traslada a El Panorámico, un espacio que permite trabajar mayor velocidad y resistencia.
Dentro de la estructura general se destaca el equipo competitivo conocido como “Las Cebras”, un apodo que nació de manera natural. “Las Cebritas es el nombre por la indumentaria negra y blanca, toda rayada”, contó Sosa, quien aclaró que el grupo representa el desprendimiento competitivo de la escuela, sin perder el espíritu formativo.
Los resultados deportivos acompañaron el proceso. En el balance del 2025, la Escuela Municipal logró un subcampeonato por equipos y sumó campeonas y subcampeonas en distintas categorías. “Dentro de 12 o 15 escuelas, terminar subcampeón es un gran resultado”, valoró el entrenador, destacando el crecimiento sostenido del grupo.
Sin embargo, Sosa remarcó que la competencia nunca es una obligación. “Nadie está obligado a competir. Yo las preparo para que, si quieren correr, estén listas, pero también pueden hacerlo de forma recreativa”, señaló, subrayando que cada patinador transita su propio camino dentro de la escuela.
El crecimiento deportivo también enfrenta desafíos, principalmente económicos. La posibilidad de competir a nivel nacional existe, pero no siempre es accesible. “Hay nenas que están para competir a nivel nacional, pero los costos son muy altos. No es un problema deportivo, es económico”, explicó. Los viajes se sostienen con rifas y ayudas puntuales. “Una combi a San Pedro nos salió 380 mil pesos. Por suerte, Gustavo Damoni nos dio una gran mano con movilidad y apoyo”, agregó.
Más allá de los resultados, el balance personal de Sosa es profundamente positivo. “Empecé por las nenas y hoy esto es una pasión enorme. Verlas entrenar, crecer y entusiasmarse es algo hermoso”, expresó. En ese camino, también destacó el acompañamiento de su familia, en especial de su esposa, quien cumple el rol de delegada y se encarga de la organización administrativa.
Con la mirada puesta en el futuro, el entrenador no duda en marcar un objetivo clave para el desarrollo del patín en la ciudad. “Mi sueño es tener un óvalo pavimentado de unos 200 metros. No una pista profesional, pero sí un lugar donde podamos entrenar y traer competencias a Pergamino”, afirmó.
Antes de cerrar, Sosa dejó un agradecimiento especial: “A la Municipalidad, a Gustavo Ciuffo, a Freddy Galarza, que siempre estuvo pendiente, y ojalá que con Matías (Varela) siga todo igual de bien”. Un reconocimiento que resume el espíritu colectivo de un proyecto que sigue creciendo y consolidando al patín carrera como una disciplina en pleno desarrollo en Pergamino.
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